Escribo estas líneas el 8 de marzo, Día de la Mujer. Al saludar a las maestras, a primera hora del día, no me perdonaron haber omitido en dicha salutación un “feliz día” en la jornada consagrada a su género. Son cosas que suceden, amigas y amigos, quizá porque el calendario de festejos no recoge un día especial para el género masculino; tal vez por eso, de manera inconsciente, nos olvidamos de algo tan importante.
No entiendo un universo carente de mujeres, así como no entiendo un día sin luz, una noche sin estrellas, un río sin agua o un mar sin olas; los pétalos de una flor, el vuelo de los colibríes, un ocaso de sol en la playa, el tibio lucero o la lluvia cadenciosa que refresca y nutre, fueron creados para solaz de la mujer, para despertar en ella sensibilidad y sonrisas que puedan conquistar el corazón de los varones. Niña, joven, adulta, anciana, pobre, rica, morena, rubia, madre, esposa, amante o célibe, la mujer continuará siendo compañera de viaje hacia los piélagos del amor, la entrega, la donación y la búsqueda de la quintaesencia de la exquisitez.

El último domingo fue “domingo siete”, suceso que lentamente pierde su carga de presagio de mal agüero; ese día, a las seis de la mañana, viajé a Cuenca con mi esposa; a las tres de la tarde emprendimos el retorno y a las seis estuvimos nuevamente en casa, porque por Molleturo, menos de doscientos kilómetros separan a Cuenca de Guayaquil. Mientras bajábamos hacia la costa, mi esposa insistió para que escribiera un comentario sobre el actual descuido del mantenimiento vial que paulatinamente desmejora la comunicación en nuestro país. Entre Jesús María y Yerbabuena ha concluido el arreglo de tres pedazos de vía que ocasionaban frecuentes deslaves, trabajo que estuvo ya contratado por el anterior gobierno; sin embargo, siendo aún transitable la vía a Cuenca, esta ha sufrido un deterioro tal que ahora es difícil encontrar un tramo significativo de asfaltado, pues la vía está hecha pedazos, inclusive el tramo que va desde Molleturo hasta Tres Cruces.

Cuando hace algunos días se investigaba en el Congreso Nacional la gestión del ex ministro de Obras Públicas, Ing. José Macchiavello, sentí pena y fastidio por la manera cómo nuestro Ecuador paga servicios relevantes dentro de la gestión pública, porque este ministro que se mantuvo en funciones tanto en la presidencia del Dr. Mahuad como en la del Dr. Gustavo Noboa, entregó al Ecuador un conjunto vial debidamente trabajado, con un sistema de concesiones inaugurado con éxito para servir de ejemplo a futuras administraciones.

Hace seis semanas, viajé también por la vía Cochancay-Suscal-Tambo-Cañar-Azogues; la mitad de la vía está en buen estado, el resto un desastre; no hablemos de la vía Sígsig-Chiguinda-Gualaquiza, porque aquí todos los días los usuarios ven la muerte en cada recodo; cuando llegan a la terminal respiran a gusto y agradecen a Dios que les permitió conservar la vida. ¿Cuáles son los planes del actual titular del MOP, luego de catorce meses de gestión?