Municipio  no tiene un estudio de las   condiciones de las   trescientas mil edificaciones que hay en Guayaquil.

La caída de un hotel de cuatro plantas, la tarde del  29 de febrero  pasado, demostró que las edificaciones de Guayaquil no son realizadas con los estudios de suelo respectivos. Ello ocurrió en la esquina de la av. Quito y Pedro Pablo Gómez, zona central de la ciudad.

De hecho,  las condiciones de las  300 mil edificaciones que hay en la ciudad son inciertas. El Municipio deslinda responsabilidades. El director de Urbanismo, Avalúos y Registros (DUAR) del cabildo, Luis Pérez Merino, manifestó que la entidad sí realiza los controles respectivos para evitar la proliferación de construcciones clandestinas.

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Para el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas (CIC-G), Rafael Estrada, la Municipalidad debe efectuar un análisis estructural de todas las edificaciones.  “El Municipio debe hacer un cierto análisis para delimitar y establecer cuáles son las casas que tienen problemas en sus bases”.

La DUAR es la encargada de aprobar los permisos necesarios de  construcción. Para ello  hay una serie de requisitos.

Entre ellos se incluyen las escrituras de la casa por reforzarse o del terreno sobre el cual se levantará la estructura,  tres copias de los planos de la vivienda  que se edificará con la firma de responsabilidad técnica del que elaboró dichas proyecciones y el aval del encargado de la construcción. También se  necesita la presentación de un seguro de responsabilidad civil y daños a terceros.

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Además, Estrada considera que el 50% de las casas que tienen más de tres pisos y están en zonas marginales fueron realizadas sin estudios técnicos. Las inspecciones de la DUAR deben hacerse antes, durante y después de la construcción de la vivienda. “Solo allí procedemos a registrarla en el código catastral”, manifestó Pérez.

Las casas viejas provocan temores de derrumbes

Se ubican en los barrios marginales, principalmente en la zona sur de Guayaquil y tienen más de tres pisos.
 
Una casa verde ubicada en la esquina de Febres Cordero y Villavicencio, al sur de  Guayaquil, causa el temor entre los inquilinos de la vivienda y los moradores de los alrededores.
 
La estructura mixta (madera y cemento) data de 1952 y según Iván Gálvez, que alquila un local en la planta baja desde hace tres años, la propietaria no ha realizado trabajos para solucionar las condiciones en que se encuentra el inmueble.

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“Hace año y medio se desmoronó parte de una viga lateral de la casa. La dueña solo arregló una y las otras aún tienen el daño”, afirmó Gálvez.

Por ese motivo, él busca actualmente otro establecimiento para cambiarse y colocar su taller de refrigeración. No obstante, una de las herederas del inmueble y la encargada de cobrar a los siete grupos de inquilinos que habitan la vivienda, Cecilia García, niega que la estructura esté en mal estado. “Me muero yo y esa casa seguirá levantada. Tiene madera de guayacán”, expresó.

Agregó, además, que constantemente realiza trabajos para reforzar la estructura. “He cambiado las ventanas de  madera por unas de aluminio que me cuestan hasta 80 dólares cada una”, manifestó.

Desde el pasado 29 de febrero, cuando un hotel colapsó sobre un terreno donde se hacían excavaciones, los que habitan en casas vetustas están alerta por el estado de las mismas.

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Efraín Castro, quien vive en el sector de Letamendi –entre la 17 y la 16–, también está preocupado por las condiciones de una estructura de tres pisos de alto contigua a su morada.

“El dueño de esa casa ha cambiado la puerta del garaje más de 30 veces desde que yo vivo aquí hace ocho años”, expresó.

Según Castro, reemplaza la plancha de metal porque esta se desencaja debido a que la edificación cada vez se inclina más hacia la derecha.

Según el presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, José Centeno Abad, es muy difícil solucionar los problemas estructurales que tienen las casas que ya están edificadas.

Según él, hay que apuntar hacia el reforzamiento de las nuevas cimentaciones que se hagan. “Las personas que aspiran a construir deben contratar a expertos en la materia y hacer estudios de suelo para determinar la cimentación más idónea”.

Centeno agrega que cuando se trata de una obra pequeña solo es necesario el hormigón armado. Pero si es una vivienda que supera las tres plantas, ya se necesita usar lo que se denomina “zapatas corridas”. Esto hace que la estructura se asiente uniformemente sobre el terreno. El Municipio no tiene un análisis sobre el estado de las 300 mil edificaciones que hay en Guayaquil.

LOS HECHOS
RAZONES
El presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, Rafael Estrada, afirma que el problema radica en el comportamiento. “Para  evitarse contratar estudios de suelo o ingenieros y personas especializadas, la gente hace lo que le recomienda su  maestro de confianza”, sostuvo.

SOBRE EL HOTEL
Mañana se hará una inspección judicial en la zona donde colapsó el 29 de febrero pasado un hotel, en la Av. Quito y Pedro Pablo Gómez, al sur de Guayaquil. Este fue solicitado por el dueño del establecimiento, José Jimbo Farfán.

ANÁLISIS
Un informe que realizó la Comisión Técnica del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas concluyó que una de las razones del colapso fue que la cimentación del hotel no tenía la capacidad suficiente para soportar dos niveles. Por lo que la excavación realizada en el predio vecino, sin aplicar ningún sistema de control, produjo movimientos que provocaron daños importantes a la estructura.