El proyecto de Constitución que tiene listo el presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, fortalece el sistema presidencialista (es decir, centrado en la figura del Jefe de Estado), asegura el jurista Iván Castro Patiño, quien integra uno de los subgrupos creados por la Comisión de Diálogo Constitucional.

Si bien la Constitución Política vigente desde 1998 –dice Castro– ya le concede poderes decisivos al Presidente (como la posibilidad de disolver el Congreso, la designación de los miembros de organismos de control mediante ternas o la capacidad de colegislar), la reforma propuesta por Gutiérrez lo convertiría en “un pequeño emperador”, aunque elegido por votación popular.

La Constitución de Gutiérrez propone la reelección presidencial inmediata, disolver el Congreso, promulgar leyes si los diputados no las aprueban en 30 días y el voto de la Fuerza Pública.

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El coronel Luis Hernández, quien también forma parte de las comisiones de la reforma política, señala que el voto de los militares y policías “no debe asustar”. “De esa forma ellos se sentirán parte de la democracia; no pensarán que son dirimentes o árbitros. Lo que sí debe evitarse es que en las unidades militares o policiales haya proselitismo político”, dice.

Reforma política no es prioridad del Congreso
QUITO

Landázuri cree que el tema podrá discutirse solo después de llegar a acuerdos con el Gobierno.

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El tratamiento de las reformas a la Constitución del Estado debe ocurrir luego de un acuerdo entre el Gobierno del coronel Lucio Gutiérrez y los bloques legislativos. Solo entonces el tema será incluido en la agenda del Parlamento, dijo ayer su presidente, Guillermo Landázuri.

Landázuri opina que el debate de las reformas no será inmediato, por lo que planteó la necesidad de abrir espacios de diálogo para asegurar la aprobación de los textos que necesitan al menos 67 votos.

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Un grupo de legisladores comentó que es saludable que se discuta sobre los cambios que deben introducirse a la Carta Magna, pero que no hay ambiente político para aprobarlas, pues existen otras prioridades legislativas.

Landázuri aclaró que al momento no ha dialogado con el Ejecutivo sobre la posibilidad de que remita el proyecto.

Advirtió que el Mandatario no puede presentar reformas en función de sus intereses. Además, dijo, el primer paso que debe dar el Parlamento es romper el candado constitucional (disposición que obliga a esperar un año entre el primer y segundo debate de una reforma a la Carta Política).

El diputado Pascual del Cioppo (PSC) comentó que no es el momento para debatir una reforma constitucional, además los cambios que plantea el Gobierno deben ser debatidos por todo el país.

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El legislador del PSC comentó que la propuesta de que sea el vicepresidente de la República quien presida el Congreso Nacional no es viable “porque el pueblo elige al vicepresidente para que suceda al presidente y no para que presida el Congreso, que debe ser un poder del Estado independiente del Ejecutivo”.

Carlos Vallejo (Prian) expresó que su bloque también tiene un anteproyecto. Señaló que es positivo que se inicie el debate, pero que para las reformas el Congreso debe buscar consensos.