Varios países en desarrollo, entre ellos algunos latinoamericanos, han lanzado una propuesta para acelerar en la Organización Mundial del Comercio el debate sobre el modo de regular las patentes de invenciones que utilizan material genético y conocimientos conexos a fin de evitar la biopiratería.
 
Una de las principales preocupaciones expresadas por los países en desarrollo es que el acuerdo de la OMC relativo a los derechos de propiedad y comercio (popularmente conocido por las siglas inglesas de Trips) permite la concesión de tales patentes sin exigir el cabal cumplimiento de la Convención sobre la Diversidad Biológica.
 
Brasil, Cuba, Venezuela, Perú, Ecuador,  India, Tailandia y Pakistán, apoyados por otros como China, Zimbabue, Suráfrica y Kenia, han presentado por ello en el consejo de la OMC que se ocupa del tema una comunicación a fin de clarificar el debate y prevenir la apropiación indebida de esos recursos genéticos por empresas o instituciones científicas del mundo rico.
 
En representación de ese grupo, la India señaló este martes que desde 1999 se ha tratado el asunto sin avances significativos, por lo que esos países proponen una lista de cuestiones para enfocar mejor la discusión, de las que la primera se refiere a la obligación de divulgar la fuente y país de origen del recurso biológico y los conocimientos tradicionales utilizados en la invención.
 
Se trata, entre otras cosas, de saber cuál sería el efecto jurídico de la divulgación errónea de esas fuentes o de su defecto, en quién debería recaer la carga de la prueba y cómo podría incorporarse al correspondiente acuerdo de la Organización Mundial del Comercio tal obligación.
 
Otras cuestiones que deben aclararse hacen referencia a la necesidad o no de exigir a quien quiera patentar una invención basada en un recurso biológico pruebas de que cuenta con el "consentimiento fundamentado previo" del país o la comunidad indígena en cuestión y no ha cometido un acto de biopiratería.
 
Se trata de saber cuál debería ser la obligación impuesta al solicitante de la patente incluso en el caso de que en el país de origen no existe un régimen nacional pertinente y qué efectos jurídicos tendría el hecho de no aportar pruebas.
 
Finalmente, los países en desarrollo exigen aclarar cuestiones relacionadas con la distribución justa y equitativa de los beneficios entre el titular de la patente y el país de origen del material utilizado en la invención patentada.
 
En el debate celebrado este martes sobre esa propuesta, EE.UU. y Japón se opusieron a la lista de temas presentada por los países en desarrollo argumentando que no hay conflicto entre la Convención sobre la Biodiversidad y el Acuerdo sobre Propiedad Intelectual y Comercio de la OMC, por lo que no es necesario enmendar este último.
 
La Unión Europea y otros países desarrollados como Suiza aceptaron la lista aunque con reservas y dijeron que para no duplicar el trabajo, el Consejo Trips debería esperar a lo que se vaya decidiendo al respecto en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con sede también en Ginebra.
 
EE.UU. expresó, por otro lado, su oposición a cualquier intento de aplicar la Convención sobre la Diversidad Biológica enmendando la legislación sobre patentes así como a la exigencia de divulgación de las fuentes del material genético o conocimientos anexos utilizados, algo en lo que se mostró de acuerdo también la UE.
 
En el debate, esta última señaló que una propuesta del grupo africano de prohibir patentar cualquier organismo vivo tropezaría con la oposición de los países con industrias de biotecnología, por lo que lo mejor sería buscar puntos de acuerdo en torno a una interpretación más flexible tanto del concepto de "invención" como del de "patentabilidad".