El secretario general de la OEA, César Gaviria, pidió este lunes a los países americanos fortalecer los controles para frenar el tráfico de armas, municiones y explosivos que nutre a los grupos armados ilegales en Colombia. 
 
"En el caso específico de Colombia, se trata de un problema que ha costado o destruido la vida de miles de personas, la mayoría de ellos niños y mujeres inocentes, en el enfrentamiento entre nuestras fuerzas castrenses y guerrillas y paramilitares", advirtió Gaviria en un discurso. 
 
El secretario general de la OEA, explicó que al país han llegado muchas armas de las naciones que hicieron parte del pasado conflicto en Centroamérica. 
 
Gaviria afirmó que las "balas asesinas provenientes de las armas ligeras ilícitas son un problema para todo el continente, por lo cual se necesita la cooperación e intercambio de informaciones de todos los países de la región". 
 
También la canciller colombiana, Carolina Barco, sostuvo que en el negocio del tráfico ilegal de armas "hay todo un proceso de dimensión internacional que requiere medidas colectivas y universales para poder enfrentarlo eficientemente". 
 
Barco y Gaviria instalaron la Primera Conferencia de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados (Cifta). Al encuentro que se extiende hasta el martes asisten representantes de 23 países. 
 
La Cifta fue adoptada por los países de la OEA en 1997, que se comprometieron a fortalecer la cooperación en materia de lucha contra la fabricación y el tráfico ilícito de armamento en el continente. 
 
El cruento conflicto colombiano se ha convertido en un polo de especial atracción para los traficantes de armas y municiones. 
 
En 1999, unos 10.000 fusiles AKM procedentes de Jordania fueron lanzados en las selvas del sur del país para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. La adquisición de estas armas fue gestionada por el ex asesor presidencial peruano Vladimiro Montesinos, quien hoy enfrenta un juicio por el caso. 
 
Luego en el 2001, los paramilitares ingresaron en un barco 3.000 fusiles AK-47 y municiones procedentes de Nicaragua. Como pantalla para cubrir la acción ilegal se afirmó que el cargamento estaba destinado a la policía panameña. 
 
En las últimas semanas, los militares le han incautado a la guerrilla dos fusiles procedentes de Paraguay. Mientras, de forma constante se decomisan armas y explosivos que ingresan desde Ecuador y Venezuela. 
 
El Ministerio de Defensa reportó en 2003, la incautación de 4.298 armas de fuego, 1.218.773 municiones y 6.769 granadas a los grupos guerrilleros. A los paramilitares el año pasado se les decomisaron 3.015 armas de fuego, 324.759 municiones y 1.168 granadas. 
 
Según datos de Naciones Unidas citados por Gaviria, actualmente en el mundo circulan 500 millones de las armas ligeras. Por lo menos, el 40% de las armas ligeras ilícitas han sido desviadas del comercio legal.