Durante el último feriado de carnaval se calculó que 12.000 bañistas concurrieron a la playa ubicada frente a la ciudadela Balcones de Carolina, en Salinas, la cual está siendo contaminada por la descarga de aguas servidas que por un tubo desembocan directamente frente a un edificio.

Esto último es de fácil constatación y fue denunciado a toda autoridad imaginable, una semana antes de carnaval. No me sorprende que estas no hayan hecho absolutamente nada para detener dicha agresión a la comunidad, ya que más mueve el “figureo” o marketing político, con ciertas excepciones del caso.

Es imperdonable que no se haya advertido a la gente para que no se bañe en esa agua con heces fecales.

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La mayoría de los bañistas de esa playa no son turistas sino personas de los barrios pobres de La Libertad que se han visto desplazadas, porque la playa pública que antes frecuentaban ha sido convertida en privada. ¿Cuantas de ellas estarán hoy enfermas? ¿Habrán sobrevivido a ese baño los ancianos y enfermos que son llevados ahí para aprovechar sus efectos curativos?

Gustavo Wray Ycaza
Guayaquil