La programación de televisión no está inspirada en los valores humanos que necesitamos para la salud espiritual; se inspira en el mal al promover hábitos y actividades degenerativas como violencia y hasta matanzas.

Ciertas producciones de televisión, por servir a intereses económicos, asumen el derecho de manipular la mentalidad de niños, jóvenes y adultos.

Son pocos los programas positivos e incluso, les hacen poca promoción. A la televisión se la escucha más que a un padre de familia, un sacerdote o un predicador, por lo que debemos ser consecuentes y leales para el mejoramiento de la importante labor que tiene este órgano de comunicación.

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Valdemar Ramírez Contreras
Guayaquil

Hubo una campaña de apagar los televisores porque existen programaciones mediocres en el país.
¿Tenemos derecho de elegir qué programas queremos observar?

Si es así, entonces ¿por qué el Presidente del país nos obliga ver por televisión la comercialización de sus gestión, si esa es su obligación adquirida?, pues una vez que tomó el poder, no tenía por qué comercializarla.

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Alexander Rodríguez
Guayaquil

Es loable que los medios de comunicación tengan una actitud crítica sobre los mensajes que se emiten sin ninguna autoevaluación.

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La comunicación no es tan simple ni tan lineal, hay que señalar los correspondientes efectos que se da en cada uno de los receptores que asimilan el mensaje, y medir el efecto bumerán del mismo.

La comunicación de masa es considerada como un instrumento mediático  tecnológico, donde se encuentra inmerso un componente pedagógico, porque esta es educativa y siempre debe estar implícita la pedagogía, tomando como referencia que la comunicación debe ser concebida en una dimensión amplia dando lugar a las instancias críticas.

Aprender a comunicar no está en la experiencia, sino en el aprendizaje; no radica en un desfile de belleza, sino en la capacidad; no está en haber realizado un cursillo internacional, sino en el verdadero conocimiento de los paradigmas informacionales, producto de la investigación y un conocimiento no aparencial de la realidad dejando a un lado el conocimiento científico.

Lcdo. Eduardo Arrese Vilche
Guayaquil

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