En una entrevista telefónica con el especialista en Haití, Claude Ribbe, Aristide indicó que firmó un documento para “evitar el derramamiento de sangre” pero que no era una renuncia formal.

Asegura además que fue forzado a abandonar Haití por “agentes estadounidenses” y que volverá al país.

Su defensor, Gilbert Collard, agregó que el ex mandatario denunciará al embajador de Francia en Haití por “rapto internacional”.

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Funcionarios del gobierno centroafricano afirman que Aristide solo supo de su destino 45 minutos antes de llegar a ese país y que estaba resguardado por 60 infantes de marina norteamericanos.

Francia y EE.UU. han negado las acusaciones, pero Sudáfrica y la Comunidad del Caribe (Caricom), pidieron una investigación de las Naciones Unidas sobre la salida del ex presidente haitiano.

En Puerto Príncipe, la oposición y el gobierno provisional tratan de formar un “consejo de sabios” que designe al nuevo gobierno, mientras casi 2.000 efectivos de EE.UU., Canadá, Francia y Chile custodian la seguridad en la capital, bajo el mando de los estadounidenses.

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