Para incluir en el proceso a quienes teníamos presentada demanda laboral contra la institución, esta nos condicionó, solicitando que desistiéramos del juicio, a lo cual accedimos confiados en las palabras empeñadas por los funcionarios de la empresa.

En enero y mayo del 2003, se procedió al pago de la liquidación al primero y segundo grupo de ex trabajadores, respectivamente, equivalente a un 80% del total de pensionistas.

Los primeros días de agosto del 2003 conformamos el tercer grupo, 68 jubilados, para en días posteriores recibir nuestra liquidación, pero hasta la fecha Filanbanco no cumple con el pago, aduciendo varios motivos que atentan contra su credibilidad y lesionan nuestros intereses, ya que en las acreencias que mantiene, los jubilados gozan de prioridad.

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Levantamos nuestra voz de protesta contra la burla e injusticia de la que somos objeto y solicitamos al Congreso que imponga los correctivos para que Filanbanco cumpla lo pactado, puesto que hemos renunciado a nuestros derechos obligados por motivo de salud (durante esta gestión las dolencias de algunos compañeros se han agudizado, otros fallecieron); en otros casos, azotados por la crisis económica imperante en el país, además porque aspiramos crear nuestras propias fuentes de ingresos, con los pocos recursos que recibiremos.

Econ. Héctor Villón Mateo
Guayaquil