Basta acercarse a la sección reclamos para darse cuenta del incalculable número de personas desesperadas por hacer escuchar sus demandas; pero generalmente se pierde tiempo sin otra alternativa que pagar.

Al parecer, realizar el anuncio de rebajas con demasiada anticipación, repercute en desventajas para el cliente ya que los artificios que permiten la alteración de costos a favor de quienes dirigen las empresas toman la delantera; tal es así que el incremento de valores en las planillas se da de manera inconmensurable de un mes a otro. Un ejemplo:

La lectura de mi consumo de energía eléctrica hasta noviembre del 2003, por 30 días fue de 100 kwh, más los impuestos equivalía a $ 9,52; pero qué sorpresa, con mis mismos artefactos eléctricos y con 28 días, mi consumo, según la planilla en diciembre del mismo año ascendió a 241 kwh o sea $ 21,45.

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Presumiendo que se había cometido un error, esperé la planilla de enero del 2004, pero el golpe por consumo fue de 223 kwh, lo que asciende a $ 20,64. Es de conocimiento público que toda la ciudadanía del país cuenta con un arma poderosa denominada “Ley del Consumidor” y es hora de que la Defensoría del Pueblo haga uso de esta y pare tanto abuso contra el usuario.

Debe delegarse una comisión técnica en esa especialidad, que se encargue de realizar un muestreo que determine si existen alteraciones en los medidores, o ver que su personal que se encarga de tomar la lectura proceda con honestidad.

Sugiero que en el supuesto caso de que las autoridades decidan tomar una acción que conlleve a rebajas en los valores por consumo de servicios, la difusión se la realice en las últimas horas de ejecución.

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Arq. Juan Morán Bohórquez
Guayaquil