La Constitución, que se adoptó en 1982 y se ha modificado tres veces, también cambiará para proteger la creciente inversión privada, por lo que se le agregará un artículo que diga: “La propiedad privada obtenida legalmente es inviolable”.

La inversión privada se considera clave para el crecimiento del país pues da garantías a los empresarios, que antes fueron llamados “enemigos del comunismo”, pero que ahora son considerados figuras clave en la creación de riquezas y puestos de trabajo.

Sin embargo, para EE.UU. estos cambios no son suficientes y ayer un grupo de senadores republicanos y demócratas dijeron que habían escrito al presidente George W. Bush solicitándole un encuentro de emergencia para discutir cómo presionar más a China para que revalúe su moneda. 

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La Casa Blanca quiere que los mercados financieros determinen el valor de la moneda china y los senadores afirman que el yuan está demasiado barato y culpan a esto de las pérdidas de miles de puestos de trabajos en el sector manufacturero norteamericano a manos de empresas en el extranjero.

Si la moneda pierde valor significa que no hay suficiente dinero en la economía y no hay capacidad de compra.

El tema es políticamente delicado en un año electoral.

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Los legisladores quieren que la Casa Blanca presione a China para que acepte un calendario específico para la liberalización del tipo de cambio de su moneda y que exija que la Organización Mundial del Comercio  y el Fondo Monetario Internacional  sancionen a China si incumple.

Sin embargo, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, advirtió el lunes al Congreso estadounidense que la economía mundial podría resultar afectada si China permitiera ahora que el valor de su moneda sea determinado libremente por el mercado financiero internacional.

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Los delegados a la Asamblea Nacional incluirán además en la Constitución una propuesta del Partido Comunista para “respetar y salvaguardar los derechos humanos”.

“Es un pequeño progreso. Es mejor a que no se escriba nada”, dijo el escritor disidente Yu Jie, aunque señaló que “la Constitución es simplemente un pedazo de papel si las violaciones no son investigadas y castigadas”.

El Departamento de Estado norteamericano acusó a China la semana pasada de violar los derechos humanos con ejecuciones extrajudiciales, torturas y represión a la oposición religiosa y política”.

China, el país más poblado del mundo, insiste en que los derechos humanos fundamentales son la alimentación, la vivienda y la vestimenta para sus 1.300 millones de habitantes, y considera que los derechos individuales tienen un lugar menos importante.   

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