El Tribunal Superior de justicia de Cataluña confirmó este miércoles la condena a 13 años de cárcel para cada uno de los tres acusados del homicidio de un ecuatoriano, Wilson Pacheco, que en enero de 2002 fue apaleado y lanzado al mar, indicó una fuente judicial.
Se trata de los porteros de una discoteca James Anglada y Mariano Romero y del vigilante del centro comercial Maremagnun, Antonio Fernández Quincoces, quienes apalearon a Pacheco. Anglada se ocupó luego de lanzarlo al agua en el puerto de Barcelona (noroeste).
Pacheco, casado y padre de tres hijos, murió el 27 de enero de 2002, tras la brutal agresión de que fue objeto.
De esta forma, el Tribunal Superior de Justicia desestimó los recursos de apelación interpuestos por los condenados y sólo recibió favorablemente, aunque no en su integridad, un recurso por la compañía aseguradora para reducir su responsabilidad civil a los límites del seguro.
El fallo de esta instancia judicial ratifica la sentencia dictada en octubre pasado por un tribunal popular que condenó a los acusados a 13 años de cárcel cada uno.
El presidente de ese tribunal, Daniel de Alfonso, afirmó en el veredicto unánime de culpabilidad emitido por el jurado popular que los acusados actuaron con "prepotencia", abusando de su superioridad numérica.
La lúgubre historia comenzó la noche del pasado 27 de enero de 2002 en "el Maremagnum", una zona de ocio de Barcelona que muchos latinoamericanos frecuentan los fines de semana para aprovechar sus ofertas de música y baile.
Esa noche, Pacheco y unos compatriotas se dirigieron a la discoteca "Caipirinha", pero no pudieron acceder al local al ser rechazados por los porteros aduciendo que estaba ebrios.
Tras las discusiones y forcejeos habituales en estos casos, los dos grupos terminaron con insultos, golpes y empujones. Según los testimonios, terminada la discusión, Pacheco no se dio por vencido y volvió sobre sus pasos y arrojó una botella a los vigilantes, lo que provocó que los corpulentos porteros y más personas no identificadas salieran corriendo detrás de los ecuatorianos.
Después de ser perseguido por sus agresores durante más de 300 metros, dos de los acusados le propinaron tres golpes cada uno, en la cabeza, el abdomen y la zona genital, tras lo cual llegó el principal inculpado, el portero del local, James Anglada, quien después de arrastrar al ecuatoriano casi 20 metros, lo empujó al mar.
El tribunal popular consideró probado que los tres acusados "se alejaron caminando del lugar de los hechos", mientras Pacheco nadaba unos pocos metros y se hundía finalmente. Siempre según el jurado, uno de los agresores dijo en ese momento: "si las ratas saben correr, sabrán nadar y si no, que se ahoguen" porque "yo por un sudaca (sudamericano en jerga despectiva, ndlr) de mierda no me tiro al agua ni mojo el móvil".
El juez fijó en 275.524 dólares la indemnización que deberá recibir la familia de Pacheco y que tendrán que pagar los condenados y sus compañías aseguradoras.