Tras entregar mi carta a la señorita que atiende esa oficina, me pidió $ 27, le pregunté el motivo y me indicó que el valor de $ 5 es únicamente para España. Le hice notar lo que consta en el cartel de la pared, y se limitó a encogerse de hombros.

Por supuesto, abandoné el local sin utilizar el servicio. Esto está descrito como Publicidad engañosa por la Ley de Defensa al Consumidor.

Rodolfo Murrieta Vásquez
Guayaquil

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