“Es importante no botar basura a las avenidas y conservar las áreas verdes y los lugares de recreación, pues solo así se podrá vivir en una ciudad progresista que apunta hacia el futuro".

“Todo esto tiene que ir de la mano con la disciplina que inculques a tus hijos, a enseñarles valores éticos y morales y normas de buena conducta, para que sepan comportarse en la ciudad”.

NOMBRE: Jacksiny Guerrero

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EDAD: 25 años

OCUPACIÓN: Ama de casa

‘Trabajar para que progrese’

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“Una ciudad progresa solamente si sus hijos trabajan en forma mancomunada y no se estancan en la ociosidad. Esto impedirá que exista gente sin oficio, que genera malos pensamientos y hábitos.

“También se erradica a los mendigos que causan un mal aspecto, sobre todo en las zonas regeneradas, adonde diariamente acuden decenas de turistas nacionales e internacionales.

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“El trabajo produce rentas no solo en el ámbito personal, sino también al engrandecimiento de Guayaquil”.

NOMBRE: Edwin González

EDAD: 27 años

OCUPACIÓN: Ingeniero comercial

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‘Cumplir con las normas’

“Procuro cumplir con todas las leyes, reglamentos, ordenanzas y normas establecidas, porque creo que de esa manera no solo se me ve como un buen ciudadano, sino que también ayudo al progreso de la ciudad.

“Si los habitantes de Guayaquil siguieran los ordenamientos jurídicos tendríamos una ciudad ordenada, limpia, fácil de vivir, que atrae al turista. Por eso también es fundamental cuidar los trabajos de la regeneración urbana y pagar a tiempo los impuestos, para que esos réditos se conviertan en obras”.

NOMBRE: Daniel Aldaz

EDAD: 29 años

OCUPACIÓN: Asistente contable

Qué mejoraría

Germán Calle,
profesor, 50 años
“Cambiaría a la gente maleducada que existe en Guayaquil, aquellos que aún botan la basura a las calles y ensucian la ciudad sin importarles que con ello contribuyen a su estancamiento.

Debería haber una campaña de concienciación para cambiarles la mentalidad”.

Enriqueta García
licenciada, 34 años
“Mejoraría los sistemas contra la delincuencia, que genera zozobra entre los habitantes, que no pueden circular tranquilos por las calles, por el temor de que los antisociales los atraquen en cualquier momento”.