El estadounidense William Bratton, contratado en el 2002 para hacer un diagnóstico de la inseguridad en Guayaquil, identificó varios problemas de la Policía. Entre ellos, miembros que caen en corrupción por bajos sueldos, falta de recursos, y que la Policía solo se concentra en necesidades nacionales. Sobre estos puntos opinan las autoridades.

El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, estuvo ayer de acuerdo con el experto estadounidense en seguridad y actual jefe de Policía en Los Ángeles, William Bratton, en que para que la ciudad vuelva a los índices tolerables de delincuencia son necesarias la voluntad política, la fortificación de los sistemas judiciales, la eliminación de la corrupción y la asignación de los recursos por parte de las autoridades competentes, además de una mística de servicio.

Pregunta: ¿Por qué se contrató a William Bratton en el 2002 solo para conocer su diagnóstico sobre la seguridad en Guayaquil si luego no iban a llamarlo para aplicar sus recomendaciones?
Respuesta: Ni el Municipio ni la Policía Nacional le pagaron un centavo al señor Bratton. Quien le pagó 50.000 dólares fue la empresa privada como su colaboración a la seguridad de la urbe. Él, uno de los tres mejores policías del siglo XX, hizo un diagnóstico de lo que estábamos haciendo en materia de seguridad y coincidió con nosotros en que lo que se hacía estaba bien.

Él recomendó, además, una mejoría en la Policía Judicial con medidas casa adentro, cuya implementación, como él mismo dijo, cuesta cientos de miles de dólares, incluida su asesoría, equipos y salarios. Y no se lo contrató no por problemas económicos, porque amerita pagárselos, no podemos nombrar a dedo al señor Bratton, yo tengo la plata, pero la ley no me lo permite.

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Ahora, la empresa privada no puede costearlo como asesor, y una licitación podría ser perjudicial, pues a lo mejor otros cuestan menos, pero también saben menos.

P: ¿Coincide en que los bajos sueldos obligan a los policías a la corrupción?
R: Yo no creo que la moral tenga precio, uno debe ser honesto aunque gane poco, pero evidentemente, los malos sueldos son utilizados como justificación para eso.

Yo sí creo que los hombres que se arriesgan a diario para defender la vida y los bienes de la gente están mal pagados en el Ecuador. Un hombre mal pagado puede caer más fácilmente en la corrupción.

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P: Las autoridades policiales insisten en que lo que le falta a la institución es dinero. ¿Usted cree que les falta también vocación, mística de servicio?
R: Como en toda institución hay malos y hay buenos. Lo importante es vigorizar a las instituciones no solo económicamente, sino también moralmente.

P: ¿Y eso hace falta en la Policía?
R: Sí, y en todas las instituciones. El problema básico es la agonía de las instituciones, este país va camino a la liquidación de las instituciones por falta de voluntad política, de compromiso cívico, moral y ético. Este no es el mismo Municipio de hace doce años, y no por el dinero, sino por la energía, la motivación y la voluntad. De eso nace el dinero, de allí viene el dinero. Debe hacerse lo mismo en la Policía y en otras instituciones como la Corte Suprema de Justicia, y con los funcionarios del gobierno. Aquí está en juego el primer derecho del ciudadano, el derecho a la vida, a la paz, al disfrute de sus bienes.

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P: ¿Y el incremento de la delincuencia en la urbe?, ¿Se debe a la mala situación económica del país, como alguna vez lo dijo el Comandante Provincial de Policía?
R: No. Una mala situación económica genera condiciones sociales de pobreza, que son caldo de cultivo para la delincuencia común, pero no para el robo organizado.

Nuestros índices delictivos son abismalmente diferentes que los de otras grandes ciudades, y han bajado, pero siguen en niveles inaceptables.

No es la cantidad de delincuencia sino el tipo de delincuencia mucho más violenta, asociada con antisociales extranjeros con otro tipo de tecnologías. Por eso es que la lucha por combatirla tiene que ser integral, y la política de migración es muy importante.

P: ¿Se podría aplicar en Guayaquil el sistema Cero Tolerancia de Bratton (permitir que policías actúen a todo rigor con la fuerza armada)?
R: Ese sistema tiene sus virtudes aplicables, pero como todos, tiene que adaptarse a una realidad nacional. No es lo mismo Caracas que Guayaquil o Nueva York.

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Las experiencias buenas son aplicables, pero dígale a Bratton que aplique su plan con corrupción, falta de decisión política, de recursos y sistemas judiciales débiles, así no hay plan que sirva.

P: ¿Qué está haciendo para conseguir el dinero que falta?
R: El Municipio está poniendo la plata, y siempre pondremos aquello que nos corresponde como colaboración. Nosotros no podemos poner el dinero, aunque lo tengamos, porque quien tiene que ponerlo lo usa en otras cosas. No se puede descentralizar la seguridad. ¿Acaso en un presupuesto de $ 7 mil millones no pueden encontrar lo necesario para darle un relativo nivel de seguridad al país?

P: ¿Apoyo extranjero, como dice el gobernador Mantilla?
R: Yo no conozco extranjero que regale nada. A través de ciudades hermanas, hemos tenido aportes como el de Houston (EE.UU.), importantes para la seguridad. Pero decir que la empresa extranjera nos va a ayudar, es una utopía.

P: ¿Existe una política de seguridad?
R: No. Ni a corto ni a largo plazo. Pueden faltar dólares para cualquier cosa, pero nunca para dejar de proteger la vida. Ya es hora de que el gobierno, que tiene la responsabilidad directa sobre la seguridad ciudadana, la asuma.