Los fabricantes de productos de consumo masivo calculan que hay unas 25 mil tiendas en Guayaquil.

Los tenderos barriales son los principales socios de las industrias que elaboran víveres de primera necesidad.  El 75% de los productos de las industrias locales se distribuye en la ciudad, por este medio.

Los aproximadamente 25 mil puestos de abastos barriales que hay en Guayaquil son una especie de fortalezas para concretar ventas de snacks, bebidas gaseosas, aceites, productos de aseo y otras  presentaciones listas para consumidores pequeños.

Publicidad

Estudios de mercado revelan que las tiendas aún representan un volumen importante dentro de la economía, pese al crecimiento de tres cadenas de supermercados: Supermaxi, Mi Comisariato y Tía.

Estas facturan  cada año, un promedio de  800 millones de dólares, según datos de la Superintendencia de Compañías.

Industrias como La Fabril, que produce aceites, mantequillas y artículos de aseo personal, reconocen la importancia de los tenderos. Más del 70% de la producción tiene como destino las despensas barriales y el porcentaje restante llega a los supermercados.

Publicidad

Nicolás Landázuri, director de mercado de esta empresa, sostuvo que este sector (las tiendas) es  relevante al punto que las empresas han entrenado grupos de vendedores  que atienden   estos locales.

En el Litoral, industrias como Cervecería Nacional, Coca Cola,  Helados Trendy, ingresaron en una etapa de expansión al colocar congeladores y refrigeradoras exclusivamente para exhibir sus productos.

Publicidad

Pero, ¿por qué llegar a más tiendas?  El 43,9% de la adquisición de bebidas, por ejemplo, se las realiza en los abastos barriales, según estudio de mercado de Pulso Ecuador, publicado en enero pasado.

Carmen Avellán, propietaria de una despensa del norte de Guayaquil, indicó que los beneficios que dan las empresas logran dos objetivos: mejorar la presencia de sus productos en ese local y aumentar las ventas.

Los fabricantes de bebidas gaseosas tienen una clasificación para definir a su clientela: bronce, plata u oro. Un estatus que lleva a una tienda a recibir desde un retoque de la fachada hasta la prestación de un congelador de exhibición.

Se calcula que cada abasto barrial  atiende un promedio de 60 familias. Diego Avilés, coordinador de ventas de Inalecsa, fabricante de Tostitos y otros snacks, afirmó que hay tendencias que se marcan en las tiendas y que inciden en las preferencias de consumo  en el norte y sur de la ciudad.

Publicidad

Competencia
Estudios de La Fabril se refieren a que hay abastos tipo A, B y C. Eso depende del número de marcas que manejan, la ubicación del negocio, el poder adquisitivo de las personas que residen en la zona y el número de familias a las que se brinda el servicio.

La ciudad tiene dos tipos de tenderos: el que acude al mayorista para abastecerse o el que se provee espera al fabricante.

El crecimiento de las tiendas es tal que en una misma zona de 100 metros pueden atender hasta  cinco abastos.

Por ejemplo, en la esquina de José Mascote y Bolivia, cuatro tiendas compiten en menos de una cuadra.

Gladys Gutiérrez, de 62 años, instaló una minidespensa  hace dos meses. Invirtió cerca de $ 9.000. Ella se arriesgó porque  pese a tener competencia “hay espacio para atender y ganar clientes con un mejor surtido (de productos)”, agregó.

Los especialistas de mercado indican que la tienda no ha perdido su espacio por el alto desempleo, pues la primera opción que posee un desocupado es instalar una tienda en el barrio que habita o en una zona conocida por  él.