El comercio justo no solo mejora las condiciones de los productores con un mejor precio sino su entorno, propiciando bienestar a los trabajadores rurales, quienes aprendieron a manejar el premio otorgado por cada caja exportada en beneficio de sus familias y de la comunidad.
Bajo el lema “Juntos producimos mejor”, el grupo Agrícola Prieto, ubicado en la parroquia Buenavista, cantón Pasaje, provincia de El Oro, dedicado a la producción y exportación de banano, decidió hacer un cambio radical en su forma de trabajo al lograr certificado orgánico y de comercio justo que redundaría en beneficio no solo de la empresa sino de los trabajadores y de la comunidad que lo rodea.
Aurelio Prieto Calderón, presidente del grupo, explicó que esta es una alternativa nueva, “nos hemos dado cuenta que estábamos en un gran error como trabajábamos en agricultura. Es una labor muy dura, cambiar de un sistema a otro es difícil, hemos renovado experiencias, hemos tenido acogida y estamos contentos porque cambiamos el sistema y mejoramos el nivel de vida de quienes nos rodean.
“Yo tengo 75 años y siempre pensé que había mucha competencia con las siembras tradicionales y los métodos de cultivo. Ahora saco la conclusión de que la unidad hace la fuerza, el grupo que tenemos ha logrado todo con unidad, lo que hace falta es conocimiento en el país de qué es lo que queremos hacer, ha existido una gran división y una pelea constante. Si la gente no se une no podrá salir adelante, pero necesitamos el apoyo del Gobierno para que tengamos confianza y trabajemos con calidad, si no es así solo las grandes compañías saldrán adelante, por lo que se va a marginar a los pequeños productores”, acotó el empresario.
Publicidad
Pablo Prieto, gerente de la empresa, expresó que no se puede hablar de ecología si no se habla de los seres humanos, por lo que el apoyo a los empleados fue fundamental.
Tener estos certificados no solo da satisfacciones económicas, trae satisfacciones que no tiene el sistema tradicional, no solo por la ayuda a los trabajadores, sino que se puede vender directamente la fruta sin depender de un precio establecido y se tiene una relación directa con los supermercados, donde se otorgan algunos privilegios.
Esta gran labor la hemos realizado con el apoyo de la GTZ de Alemania y el programa de comercio justo, Flo.
Publicidad
Actualmente el premio por comercio justo es de $ 1,75 de los cuales $ 0,75 son para utilizarlos en gestión ambiental y el dólar para la asociación que han creado los trabajadores.
Recibimos por la caja de banano entre $ 5 y $ 5,25; es un precio que nos permite sostener la producción.
Publicidad
Actualmente tenemos con banano orgánico 338 hectáreas, este valor que recibimos es establecido por comercio justo, que garantiza al productor un precio mínimo a pagar. Lo más importante de este trabajo es saber que vivimos en una comunidad y que todos tenemos los mismos derechos, acotó el bananero.
Carlos Alejandro Osorio, presidente de la asociación de empleados, explicó que la alianza está conformada por 142 trabajadores. “Nos hemos integrado para ver qué hacemos con el premio que recibimos de acuerdo a nuestras necesidades.
Actualmente recibimos una liquidación semanal por las cajas exportadas. Con el premio hemos iniciado un programa de educación para los hijos de los trabajadores, les damos los útiles y tenemos convenios con otros institutos para capacitar a los empleados que quieran estudiar o para sus esposas, tenemos una escuela y pagamos una profesora para nuestros hijos. Además hay un programa de motivación temprana para nuestros hijos pequeños, tenemos también consultorio médico y odontológico. Aparte de estar en el IESS tenemos un seguro interno al cual pagamos semanalmente $ 1,25, que incluye la medicina.
Contamos con un comisariato, con precios bajos para todos los empleados, y apoyamos a la comunidad. Los empleados que tienen más de siete años en la empresa tienen un bono para vivienda con el cual muchos han cambiado su casa de caña por la de concreto.
Alfredo Ponce, jefe de cuadrilla en una de las bananeras, quien lleva diez años trabajando con el grupo, indicó que realmente en el tiempo que lleva laborando con el grupo ha tenido los mismos privilegios de antes de estar en el comercio justo, porque la empresa siempre ha trabajado de la mano de los empleados, sin embargo acotó que su posición es privilegiada frente a trabajadores de otras bananeras que no cuentan con ninguno de los beneficios que tienen él y su familia.
Publicidad
Pequeños productores también se benefician del proyecto
El grupo Prieto también hace partícipe del programa a pequeños productores de la zona que entregan su banano orgánico esperando recibir un mejor precio con lo cual se libera un poco de la explotación del mercado tradicional.
Jorge Segarra, en el recinto Santa Helena de la Cruz, parroquia Progreso, provincia de El Oro, quien es el presidente de la Asociación de productores agrícolas autónomos de Cerro Azul, aseguró que en el campo no hay pobreza, porque “el pobre cuando no tiene qué comer come gallina”. Con esta frase él quiere mostrar a los productores que solo se necesita voluntad para superar los obstáculos. En nuestro caso, indicó, “nosotros siempre teníamos banano y sacábamos algunos embarques, nunca perdí la esperanza, a veces nos daban cupos cada dos años. Cuando llegó Ecolsur, recordó, les dio el impulso y las ideas para salir adelante”. Esperamos que esto ahora sea el pan del día, estamos sacando casi 3.000 cajas semanales de banano orgánico.
Entregamos la fruta al grupo Prieto, nos están pagando a $ 5,25 la caja y de esto nos queda libre $ 2,50, de lo cual ahorramos un porcentaje para colocar oficina propia y mejorar las tinas y la infraestructura en las fincas.
Félix Antonio Ortega argumentó que es una alegría tener un precio que les solvente los gastos y poder cubrir las necesidades de los hijos, que ya no tendrán que migrar a otras ciudades a buscar trabajo sino que ya podrán laborar todos. Aun así, para nosotros no termina el viacrucis porque esto ahora depende de nosotros, porque si no trabajamos con calidad por más países que nos quieran dar la manito es imposible, pero si hacemos conciencia y trabajamos con buena calidad no tenemos que temer, estoy seguro de que lo estamos haciendo bien porque aún no nos han devuelto ningún embarque, acotó.