Óscar Torre, director ejecutivo de Fundagro, indicó que en este trabajo, que se desarrolla desde hace tres años en el país, se están ensayando once variedades en banano y plátano en las zonas de El Carmen, Quevedo, Pagua y Milagro.

Actualmente  se están  tomando los parámetros de maduración, cosecha y producción para ver si comercialmente son aptas. “Hemos hecho  pruebas  organolépticas y hay tres variedades: dos de banano y uno de plátano que tienen un futuro muy promisorio en Ecuador, agregó el directivo.

Dos de los ensayos se realizan con variedades  desarrolladas a partir del Gross Michel, que son el Fhia 17 y el Fhia 23 que podrían servir de banano de exportación, “estamos en pruebas de maduración, pero las organolépticas han sido muy buenas, expresó Torre, argumentando que en  estos materiales el ciclo reproductivo se ha demorado aproximadamente tres semanas más que el  Williams, pero  el número de manos por racimo  es mayor, con aproximadamente tres a cuatro manos más  que un Williams, lo que quiere decir, indica el directivo, que podríamos llegar a tener dos cajas por racimo, con lo que se lograría  mayor  productividad y menos costos  de producción, porque no hay necesidad de fumigarlos por la resistencia que presentan a  nematodos y a sigatoka negra; este material llega con 8 hojas limpias al punto de cosecha, lo cual es excelente porque el Williams llega con cuatro o cinco hojas, acotó.

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Actualmente, afirma Torre, estamos por firmar un convenio  con una de las industrias de Guayaquil para elaborar  los chifles,  patacones, tajaditas y puré procedentes de los  materiales probados.

En plátano, explica el técnico, tenemos una variedad  que produce  cuatro manos más que un barraganete,  con  igual tamaño de dedos. “Hemos hecho pruebas organolépticas que han arrojado buenos resultados en sabor y color  al hacer chifles, bolones y patacones.

A partir del próximo año, explicó el director de Fundagro, pensamos hacer ensayos  a escala comercial y  se extenderá el trabajó hasta la península de Santa Elena,  donde se ensayarán  variedades resistentes al frío. Este proyecto forma parte de un gran paquete que se está haciendo en forma simultánea en siete países, enfatizó.

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Con el fin de asegurar a los productores la resistencia presentada a nematodos, se ha logrado un acuerdo con la estación  experimental Boliche del Iniap, donde  los materiales se han llevado a un invernadero  y en conjunto con un estudiante del Catie de  Costa Rica se está trabajando para que se inoculen estos materiales  con nematodos y probar el grado de resistencia,   hasta ahora, explica Torres, hemos apreciado que los nematodos  no atacan la planta y no afectan la producción.