La XII Cumbre del Grupo de los 15 concluye hoy en la capital venezolana, que se repone de los violentos disturbios registrados la víspera en los que murieron dos personas unas 20 resultaron heridas.
 
Los incidentes comenzaron cuando una manifestación de la coalición opositora Coordinadora Democrática quiso traspasar el perímetro de seguridad de la Cumbre y fue detenida con gases y perdigones por fuerzas antidisturbios de la Guardia Nacional (GN).
 
La mayoría de los manifestantes se retiraron cuando intervino la GN, pero quedaron piquetes que se enfrentaron por más de seis horas a las fuerzas policiales que protegían la sede de la Cumbre.
 
La violencia en el exterior de la Cumbre no alteró su normal desarrollo, y la mayoría de los oradores abogaron por una mayor integración de los países del Sur para hacer frente a la globalización que pretende el neoliberalismo.
 
El presidente venezolano Hugo Chávez, propuso como anfitrión de la Cumbre que todos los países en desarrollo retomen el "Espíritu del Sur, ante el evidente fracaso neoliberal".
 
Chávez planteó que el rostro de la globalización con signo neoliberal es en el Sur, "el de 790 millones de personas que sufren hambre, 800 millones de adultos analfabetos, y 654 millones de seres humanos que no sobrevivirán los 40 años"
 
El Grupo de los Quince, G-15, se creó en 1989 en la Cumbre de los Países No Alineados de Belgrado y está integrado actualmente por Argelia, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Egipto, Jamaica, la India, Indonesia, Irán, Kenia, Malasia, México, Nigeria, Perú, Senegal, Sri Lanka, Venezuela y Zimbabue.
 
El ministro del Interior, Lucas Rincón dijo que los guardias que defendían la sede de la reunión fueron atacados por los manifestantes con cohetes, bolas de acero, clavos, piedras y botellas.
 
Además, calificó de "irracionales" a los "líderes de pacotilla" que lanzaron a sus seguidores contra el cerco de seguridad de la Cumbre.
 
La Coordinadora, por su parte, dijo en un comunicado leído por Andrés Velásquez, que la manifestación fue un "acto de coraje" y señaló que la Guardia Nacional hizo una "brutal represión reforzada por bandas asesinas que atacaron con armas de fuego a quienes se replegaban de los gases".
 
La Coordinadora vinculó el cese de las manifestaciones callejeras a que el Poder Electoral reconozca como válidas las firmas que presentó para activar un referendo contra el presidente Hugo Chávez.
 
El CNE verifica actualmente la validez de 3,4 millones de firmas presentadas por la Coordinadora para respaldar la celebración de un referendo contra Chávez.
 
El oficialismo sostiene que las firmas válidas no llegan a los 2,4 millones necesarias para activar la consulta porque durante el proceso se cometieron numerosas irregularidades.
 
El CNE tiene de plazo hasta el 29 de febrero para decir cuántas firmas válidas quedaron tras el proceso de depuración, después de lo cual habrá un plazo de cinco días para presentar reclamaciones.
 
El CNE publicó hoy una nota en la prensa en la que recuerda que se publicarán las listas de las firmas válidas, de las anuladas y de las sometidas a reparos para que quienes tengan objeciones puedan presentarlas entre el 11 y el 15 de marzo.
 
Por otra parte, el oficial de más alto rango de Venezuela y ministro de la Defensa, general en jefe Jorge García, dijo que los actos violentos del viernes "colmaron la paciencia" de los militares y pidió castigo contra quienes promovieron la violencia a través de los medios de comunicación y contra quienes, en su criterio, atacaron a las fuerzas del orden.
 
Durante la noche, simpatizantes de la Coordinadora cerraron con barricadas importantes vías de acceso a urbanizaciones de clase media y alta, dándose la paradoja de que los principales afectados fueron, precisamente, quienes son su principal soporte.