Eso podría suceder si se corrigen las leyes absurdas creadas como consecuencia del caos financiero sufrido, y se adopta una legislación similar a la de Estados Unidos que es la que más conocen y aceptan los bancos foráneos.

A la banca local se le han dado demasiadas prebendas, que en la práctica se han convertido en ciertos casos, en una patente para abusar de sus clientes.

Con la excusa del “riesgo país”,  unos bancos pagan una miseria a quien ahorra, y exceden en las tasas de sus préstamos. Eso debe terminarse.

Publicidad

Es preciso que se imponga un margen de cinco puntos porcentuales entre tasas activas y pasivas.

Mientras a la banca se la deje sin competencia, no deberíamos ni imaginar siquiera en entrar al TLC (Tratado de Libre Comercio).

Primero pongamos la casa en orden y luego pensemos en el Tratado.

Publicidad

Eco. Jorge Tumbaco V.
Guayaquil