Los rebeldes que controlan la mitad del territorio haitiano tomaron otra ciudad y se acercaban el viernes a la capital, mientras el presidente Jean Bertrand Aristide solicitó en vano fuerzas de paz extranjeras.
 
Un nuevo grupo rebelde ocupó la tercera ciudad más importante de Haití: Les Cayes.
 
Mientras Estados Unidos y Francia insisten que Aristide debería renunciar, los rebeldes liberaron a unos 67 prisioneros en Mirebalais, a unos 40 kilómetros al sureste de Puerto Príncipe, dijeron testigos.
 
La policía corrió. Dejaron todo y se fueron a Puerto Príncipe, manifestó el líder rebelde Guy Philippe desde su base en la ciudad portuaria de Cap-Haitien, al norte del país.   Se fueron horas antes de que llegaran los rebeldes, dijo.
 
Philippe expresó que sus combatientes estaban a unos 15 kilómetros de Croix-des-Bouquets, en las afueras de la capital, esperando la orden de atacar si Aristide no renuncia.
 
En una comisaría de Croix-des-Bouquets, los policías se quitaron los uniformes para vestirse con ropa civil y al parecer abandonaron sus armas.
 
La tercera ciudad más importante de Haití, el puerto de Les Cayes, ubicado el sur del país, fue tomada el jueves por Resistencia de Base, un grupo aliado con la opositora Plataforma Democrática, pero sin lazos con los rebeldes.
 
En Puerto Príncipe, hombres armados leales al presidente incendiaron más barricadas para proteger el Palacio Nacional y efectuaron disparos de armas de fuego al aire.
 
Durante la noche fueron bloqueadas decenas de carreteras y los partidarios de Aristide robaron a los automovilistas.
 
Cientos de personas atacaron el puerto y la gente robó alimentos, televisores y muebles de los contenedores. No había policías a la vista.
 
Hay mucha ayuda humanitaria allí. Si la situación empeora, todo podría desaparecer, expresó Wyk Lemke, titular de la Asociación de Transportes de Haití.
 
La comunidad internacional, mientras tanto, continuaba con sus esfuerzos para resolver la situación a través de los canales diplomáticos, demandando un acuerdo político entre Aristide y la oposición antes de que se resuelva el envío de una tropa de paz.
 
El alzamiento popular haitiano comenzó el 5 de febrero en la ciudad de Gonaives, la cuarta más importante, ubicada al oeste del país. El domingo, los rebeldes tomaron con escasa resistencia la segunda ciudad más grande, el puerto de Cap-Haitien, en el norte.
 
Unas 80 personas han muerto en la rebelión, la mitad de ellas policías.
 
Aristide dijo a la cadena de televisión CNN el jueves que no renunciará.
 
Manifestó también que no se necesitará demasiada ayuda internacional para aplastar a los insurgentes.
 
Desde mi punto de vista, si tenemos un par de docenas de soldados y policías internacionales juntos ahora, sería suficiente para enviar una señal positiva a esos terroristas, sostuvo Aristide.