Según el BM, sin una mejora de los servicios, “la liberación de las enfermedades y la liberación del analfabetismo –es decir, las principales maneras de salir de la pobreza– seguirán fuera del alcance de muchos”.

“No es siempre un problema de dinero, ya que muchos gobiernos sí destinan fondos suficientes a estos rubros, pero el gasto social acaba en manos de los que menos lo necesitan, frecuentemente por motivos electorales”, denuncia el organismo.

El BM asegura que inversiones modestas en educación, sanidad, nutrición y electricidad alcanzan para generar grandes dividendos en el mundo en desarrollo.

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“La ayuda es útil en países con políticas e instituciones que funcionan bien”, insistió Ritva Reinikka, directora adjunta del informe. Sin embargo, el documento aclara que la solución no es una privatización total de los servicios.

Los países donantes han pedido que se incrementen los fondos en los próximos años, en medio de advertencias de que los llamados “Objetivos de Desarrollo del Milenio” podrían incumplirse.

Estas metas, con plazo hasta el 2015, contemplan reducir a la mitad la pobreza global y mejorar en varios aspectos de la vida en las naciones menos favorecidas.

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El BM quiere asegurarse de que el dinero extra no sea desperdiciado, sino dirigido a un sector específico de los servicios básicos.

Muchas prestaciones básicas son prácticamente inexistentes en los países pobres: 2.500 millones de personas en todo el mundo carecen, por ejemplo, de acceso a saneamiento.

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POBREZA
NIVELES
Según el Centro de Estudios para América Latina (Cepal), en el 2003 la pobreza en América Latina creció hasta cerca del 43,9%  y la indigencia en el 19,4%. Estas estimaciones se difundieron a través del Panorama Social de América Latina 2002-2003.

SER POBRE
En esta región, la pobreza afectó en el 2002 a 220 millones de personas, eso significa que el 43,4% de sus habitantes es pobre. Según la definición de Cepal, ser pobre es tener apenas lo mínimo para cubrir las necesidades básicas.

INDIGENTES
El porcentaje de indigentes también subió: en el 2001 fue del 18,2%, mientras que en el 2002 aumentó al 18,8%. Es decir, 95 millones de latinoamericanos no pueden, ni siquiera, cubrir lo básico para vivir. El proceso de superación de la pobreza se ha estancado en la región en los últimos cinco años.