Es la proyección internacional ecuatoriana la que se pone a consideración del orbe, si se intenta alcanzar las excelencias de alguna marca que mundialmente sea representativa. O se quiera atraer la atención extranjera, entendiéndose que será por nuestras buenas cualidades.

En Quito se comenzó a organizar el concurso Miss Universo. En buena hora que ya se fije con claridad qué organismo de control debe intervenir.

El fin es evitar oscuridades de cualquier clase que pudieran volver defectuoso el trabajo de organización.

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Y que, para el Ecuador, no es de poca monta económica.

Suman algunos millones de dólares en juego. Y si ya ha habido antecedentes que hacen pensar en fallas notables de organización con responsabilidades estatales, bien que, a tiempo, se examinen, en el presente certamen mundial, sus inquietantes interrogaciones.