Los soldados de EE.UU. mataron a uno de los lugartenientes del activista radical islámico Abu Musab Al Zarqawi, al que EE.UU. vincula con la red terrorista internacional Al Qaeda y culpa de la ola de terrorismo en Iraq.
 
Según el portavoz militar norteamericano en Bagdad, Mark Kimmitt, un grupo de soldados acabó con la vida de Abu Mohammed Hamza durante una refriega en la localidad iraquí de Habaniyah, al norte de la capital.
 
Los soldados, explicó Kimmitt, fueron atacados por un grupo de insurgentes cuando repartían folletos entre la población, momento en que respondieron al fuego enemigo y causaron algunas bajas entre sus filas.
 
Uno de los insurgentes muertos fue identificado como Hamza, al que se relaciona con Al Zarqaui, el activista jordano considerado el "embajador de Al Qaeda" en Iraq, agregó Kimmitt.
 
En la operación también fueron detenidos otros siete activistas, concluyó.
 
También hoy, el mando norteamericano en la conflictiva localidad de Tikrit, al norte de la capital, reveló que marines de la IV División de Infantería detuvieron el lunes por la noche a un ex jefe de seguridad del desmantelado Partido Arabe Socialista "Baaz" de Iraq.
 
EE.UU. sospecha que el arrestado, identificado como Jatan Al Anber, financiaba ataques de los grupos insurgentes contra las fuerzas de ocupación y colaboraba de forma estrecha con el número dos del depuesto régimen iraquí, Ezzat Ibrahim.
 
Un portavoz norteamericano detalló que Al Anber, que fue detenido en Baquba, era responsable de una célula terrorista y se ocupaba de las finanzas y de la logística de Ibrahim, el ex responsable de más alto rango del antiguo régimen que todavía no ha sido atrapado.
 
Por otra parte, tres iraquíes resultaron muertos y otros dos heridos de gravedad en Mosul, en el norte del país, cuando el vehículo en el que viajaban fue tiroteado por desconocidos, informó este martes la Policía de la ciudad.
 
Según la fuente, el incidente se produjo la pasada noche en la entrada de una base militar norteamericana, localizada en una zona de mayoría suní, donde los cinco iraquíes trabajaban.
 
Dos de los fallecidos ejercían como traductores de los soldados norteamericanos de la base y el tercero era técnico informático.
 
Los dos heridos, cuyo pronóstico es grave, trabajaban en la base como peones en la construcción de nuevas instalaciones.
 
Los atacantes, que abrieron fuego contra el coche cuando este se aproximaba a la base norteamericana, se dieron a la fuga tras perpetrar el ataque.