El grupo Parmalat, que en diciembre declaró su insolvencia, seguirá en manos italianas aunque podría desprenderse de plantas en el exterior, dijo el jueves pasado el ministro de Industria de Italia, Antonio Marzano.

El funcionario se dirigió a la prensa tras una reunión con el interventor de la empresa quebrada, Enrico Bondi, quien trata de rescatarla de una deuda de unos $ 18.500 millones.

Marzano reveló que la nueva Parmalat sería de menor tamaño, concentrada únicamente en sus activos lácteos y de jugos de fruta.

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“El resultado del plan industrial será una multinacional italiana, pero un poco más pequeña (...), las partes no estratégicas supongo serán vendidas”, explicó.