La primera edición en español del quinto libro  de la saga de Harry Potter quedó agotada en el primer día de ventas en  Argentina, con lectores que desbordaron las librerías en la medianoche del  viernes.

"...tres, dos, uno, ¡ceroooo!", corearon al dar las 24hOO (03h00 GMT) unas  cuatrocientas personas en la librería Santa Fe, en un centro comercial del  barrio bonaerense de Palermo, con la música de la escuela de magia de Harry  como fondo y mientras Juan Pablo Aisenberg, propietario del local, mostraba por  primera vez un ejemplar.

"Por fin", exclamó Ana Paula (12), que en marzo iniciará el bachillerato y  encabezaba la fila desde hacía cuatro horas.

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Aisenberg dijo que desde julio han recibido reservas por unos 500  ejemplares de "La orden del Fénix", que aquí costó 49,90 pesos (17 dólares) en  su presentación de tapa dura y 39,90 la de tapa blanda.

"Eso y este clima no dejan dudas de que vamos a superar todas las  expectativas de ventas", añadió.

En el mismo centro comercial, idéntico ambiente embargaba otras librerías  como Yenny y Capítulo Dos, al igual de decenas de otros establecimientos en  Buenos Aires y las principales ciudades del país.

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Capítulo Dos atrajo clientes con el sorteo de un ejemplar en inglés del  primer libro de la saga autografiado por su autora, la inglesa Joanne K.  Rowling.

Ernestro Skidelsky, director del comercio, atestiguó que nunca antes vio un  fenómeno igual, aunque encontró una lejana similitud, con un público muy  diferente, con el lanzamiento de "Sex", de Madonna.

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Hubo muchos disfrazados entre los fanáticos del huérfano inglés que se  movilizaron el viernes en busca de alguno de los 70.000 ejemplares puestos a la  venta en Argentina, de los 950.000 que se produjeron para hispanohablantes.

En algunas librerías, maquilladoras con sombreros cónicos de bruja,  decoraban las frentes de los clientes, grandes y chicos, con la característica  cicatriz con diseño de rayo del personaje.

En una de las colas esperaba media docena de chicos con túnicas negras,  como corresponde a los "muggles" (no magos), integrantes del "Club de Lectores  de Harry Potter", cuyos miembros, presididos por Solange Carbajo (17), se  reúnen mensualmente en la escuela "Manuel Belgrano", también de Palermo.

A ese colegio, casi un siglo atrás asistía un niño que también leía a  autores ingleses, y que años después escribiría preciosas historias de  laberintos, tigres, hombres inmortales y bibliotecas infinitas: Jorge Luis  Borges.

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Todos los mayores consultados entre quienes acompañaban a los más jóvenes,  admitieron que esperarán que sus respectivos hijos o sobrinos terminen para  enfrascarse ellos mismos en la lectura.

Los libros llegaron desde España, donde por exigencia de Rowling fueron  impresos en "papel ecológico", y con un relieve especial en la tapa para  dificultar las copias ilegales que plagaron las ediciones anteriores.