Con frecuencia los políticos líricamente expresan que el Ecuador es agrícola por excelencia, aunque muchos de ellos jamás han sobrevivido en el campo.

La negligencia campea e impide tomar medidas en el agro para reactivar, de manera integral, el aparato productivo.
Ministros impuestos por cuotas políticas parecen desconocer en profundidad el problema para solucionar, por ejemplo, la escasez hídrica en el campo, como otro problema, el de la falta de créditos operativos, asistencia técnica, transferencia de tecnología y sobre todo una adecuada política de comercialización.

Sin una verdadera política de Estado profesional, con total idoneidad hacia el agro, el Ecuador no estará capacitado para ingresar con solidez al Alca (Área de Libre Comercio de las Américas). Al Presidente aún le queda tiempo para reivindicar el agro, y esperamos que por favor, ¡gobierne!

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Ing. Segundo Carrera Canelos
Guayaquil
Un final de suspenso con la renuncia exigida a un ministro y su inmediato reemplazo con un personero del ex gabinete de Jamil Mahuad, centraron la atención nacional hacia lo agropecuario, opacando el foco de atención de la sequía, del comité de crisis, del decreto de emergencia, hasta nuevas dificultades.

En el fondo está el impedimento común de no decidirse a conseguir adhesiones gremiales. Es que la rectoría y desarrollo del MAG, a simple vista, especialización de tecnólogos y empresarios, tiene el añejo agregado de resistencia al cambio, capitalizado por políticos.

La feracidad de nuestros suelos que producen aún con obstáculos naturales, ausencia de créditos oficiales y hasta con tecnología precaria, hace que el tema agropecuario nos preocupe “de tarde en tarde”. Y es que si continúa la bonanza del mercado petrolero y repuntan las remesas de los emigrantes, la solución agropecuaria no será de urgencia extrema. Los problemas detectados desde 1975 en investigación agropecuaria, siguen sin resolverse en este 2004. Si se añade todo lo perdido y obsoleto en infraestructura, institucionalidad, banco de datos, nos encontramos con un ente central que dilapidó sus recursos y oportunidades.

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Ing. Agro. César Chávez
Guayaquil