Recordamos hoy el nacimiento y bautismo del prócer quiteño Eugenio Espejo, el 21 de febrero de 1747, y el fallecimiento del banquero y visionario empresario guayaquileño Víctor Emilio Estrada Sciacaluga, el 21 de febrero de 1954.

Mérito del mestizo personaje a quien se reconoce como forjador de la nacionalidad, fue la indesmayable labor por la libertad de su patria a través de una lucha frontal que no conoció claudicaciones. Además de médico, abogado y bibliotecario, brilló como escritor y precursor del periodismo ecuatoriano por la publicación del periódico Primicias de la Cultura de Quito, en enero de 1792. Durante su corta pero fructífera existencia, jamás dejó de orientar a sus compatriotas y dejó un ejemplar testimonio de superación en una época de marginación que impusieron los colonizadores españoles.

Entre las obras literarias de Espejo constan especialmente El Nuevo Luciano de Quito, Marco Porcio Catón, La ciencia blancardina, Cartas riobambenses, Defensa de los curas de Riobamba y Retrato de Golilla. Murió en diciembre de 1795. En recuerdo de su  obra se celebra el día del médico y del bibliotecario.

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Visionario patriota
Víctor Emilio Estrada nació en mayo de 1891; fueron sus padres el ex presidente de la República, Emilio Estrada Carmona, y Victoria Sciacaluga. Se destacó en la vida nacional como banquero, escritor y político. Fue ministro de Hacienda, presidente del Concejo Cantonal de Guayaquil, director del Banco Central  y gerente de La Previsora, Banco Nacional de Crédito. También fue capitán ayudante del Ministerio de Guerra, coronel de reserva de Guardias Nacionales y capitán del Puerto de Guayaquil.

Estudioso y conocedor la cuestión económica, trabajó  con indeclinable vocación por el adelanto del país. Impulsó diversas actividades y alcanzó renombre fuera de la nación gracias a sus conocimientos de las finanzas. Escribió El problema económico del Ecuador; La tragedia monetaria del Ecuador: La construcción y destrucción del Banco Central, entre otros.