Centenares de extranjeros salieron ayer viernes de Haití a medida que escala la violencia desatada por la rebelión contra el gobierno de Jean-Bertrand Aristide. Ante la amenaza de nuevos ataques, la policía abandonó sus puestos de control en el norte del país.

El éxodo masivo de extranjeros, que incluyó a trabajadores humanitarios y misioneros, se produjo un día después de que el gobierno estadounidense recomendara a sus ciudadanos salir del país caribeño. Alrededor de 200 estadounidenses, franceses y canadienses formaban una larga fila el viernes por la mañana en el aeropuerto internacional de Toussaint Louverture.

En la importante ciudad norteña de Cap-Haitien, unos 60 policías se atrincheraron en una estación policial atemorizados por las amenazas rebeldes. Dicen que son muy pocos y que están muy mal armados para repeler un ataque.
En Fort Liberte, también al norte, la policía abandonó el jueves los puestos de seguridad, según testigos entrevistados telefónicamente. Agregaron que no se divisaban rebeldes en el área.

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"Supimos que la decisión de irnos era la correcta. Pero es muy duro", dijo Nancy McWilliams, una joven canadiense de 18 años que se vio obligada a abandonar su trabajo en un hogar para niños en Cap-Haitien.

La aerolínea estadounidense American Airlines dijo que habían vendido todos los cupos de cuatro de los cinco vuelos diarios hacia Estados Unidos. Por temor a un secuestro o a un ataque, el gobierno estadounidense colocó a agentes de seguridad en cada uno de los vuelos.

El misionero estadounidense Gerald St. Vincent dijo mientras esperaba un vuelo a Miami que Haití resolverá su situación "sólo si reciben ayuda extranjera, y no menos ayuda, sino más".

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Algunos extranjeros decidieron quedarse en un país cada vez más polarizado entre los partidarios de Aristide y aquellos que lo quieren derrocar.
Tanto los que se fueron como los que se quedaron, comparten la frustración de que Haití vuelva a verse inmersa en el caos. Desde la independencia del país hace 200 años, han sufrido decenas golpes de estado.

El misionario estadounidense Terry Snow relató que seis camiones llenos de pistoleros partidarios de Aristide incendiaron siete casas en un vecindario costero de la ciudad occidental de St. Marc. Agregó que los residentes saltaron al mar y que los atacantes dispararon varias veces al aire para impedir que retornaran a tierra.

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"Gente inocente está siendo asesinada. En St. Marc queman sus casas de día y de noche y la policía no está haciendo nada", dijo Snow, de 39 años.
Desde que estalló la violencia el 5 de febrero, que se ha cobrado la vida de al menos 60 personas -40 de ellos policías-, no se ha registrado la muerte de ningún extranjero.

Informes que no se pudieron corroborar indicaban que dos vehículos de la embajada estadounidense fueron objeto de ataques en Puerto Príncipe.
En Haití residen 30.000 extranjeros, de los cuáles 20.000 son estadounidenses.
El éxodo extranjero también se está produciendo por tierra, hacia el vecino país de República Dominicana.

Mientras, el líder de varios grupos rebeldes, Guy Philippe, dijo que planea atacar Cap-Haitien durante las celebraciones del carnaval, que comienzan el viernes y terminan el martes.

Las aerolíneas de Haití informaron que todos los vuelos que salen de Cap-Haitian están vendidos.

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En el aspecto político, Aristide y los líderes de oposición indicaron que no están dispuestos a adoptar un plan internacional que busca establecer un gobierno interino que asesore al mandatario, que desarme a los grupos rebeldes y que se nombre a un primer ministro aceptado por ambas partes.

El jueves por la noche, la Organización de los Estados Americanos "condenó vehementemente" los actos de violencia ocurridos en Haití y dio su "firme apoyo" a Aristide.

Este sábado el aeropuerto ha estado lleno principalmente de haitianos que dijeron que iban a pasar el carnaval en Miami. Había pocos asientos libres en los seis vuelos diarios de American Airlines para Estados Unidos.
 
Los diplomáticos dijeron el viernes a los líderes de la oposición que la comunidad internacional no prestará su ayuda si no existe un acuerdo político, dijo Paul.
 
Pero el plan no aclara cómo terminar con la rebelión.
 
Los embajadores presentaron un cronograma para crear una comisión compuesta por representantes del gobierno, la oposición y la comunidad internacional que deberá quedar constituida el próximo martes, y un plan de cuatro puntos que deberá ser implementado antes del 17 de marzo, dijo Paul.