Con la asistencia del alcalde de Roma, Walter Veltroni, dos miembros del Partido Verde de Europa, decenas de colombianos, recordaron los dos años del secuestro de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y su fórmula a la vicepresidencia Clara Rojas por la guerrilla.

Veltroni aseguró que Betancourt a pesar de estar prisionera, sigue cumpliendo una importante función por Colombia:   se ha convertido en el símbolo de todas las mujeres y los hombres que se encuentran en su misma condición.

Betancourt y Rojas fueron secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tres días después que abruptamente se rompieran las negociaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla.

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Sobre la carrera séptima, una de las principales vías de la capital, fueron dibujadas tres estrellas blancas con los nombres de Betancourt, Rojas y del cabo del ejército Pablo Moncayo quien más tiempo lleva (seis años) en poder de las FARC.

En una gran pancarta ubicada sobre una pared, aparecían escritos los nombres de 1.050 pueblos del mundo, que han acogido a Betancourt como ciudadana de honor. Su fotografía también estaba impresa en cientos de globos blancos donde aparecían escritas las palabras   Ingrid libre.

La madre de la ex candidata presidencial, Yolanda Pulecio, dijo que “lo que falta para que su hija sea puesta en libertad es el   apoyo del presidente (Álvaro) Uribe (...) la iglesia católica nos ha ayudado con toda la consideración y solidaridad.

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“Esto es lo único con que contamos y es nuestra única herramienta de trabajo: la solidaridad de todos los pueblos del mundo“, señaló.

Más 60 políticos, militares y policías, con hasta seis años de cautiverio en la profundidad de la selva colombiana, permanecen en poder de las FARC.

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Según la Fundación País Libre, que promueve la libertad de los secuestrados, en el 2003 fueron secuestradas en promedio seis personas por día para un total de 2.201.

La mayoría de los plagios, 673, son atribuidos a las FARC, 342 al Ejército de Liberación Nacional y el resto a los grupos paramilitares y la delincuencia común que vende los plagiados a la guerrilla.

A pesar de la cantidad, el flagelo del secuestro disminuyó en un 26,2% con relación al año 2002.

Con esta cifra, Colombia sigue ubicándose como la capital mundial del secuestro.

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