La entidad que debe velar por el patrimonio que existe en la región austral, no tiene cómo laborar.

Azuay y Cañar son dos de las provincias de mayor riqueza histórica, donde se destaca Cuenca como Patrimonio Cultural de la Humanidad, sin embargo, la entidad que debe vigilar y mantener este título no cuenta con fondos, personal ni proyectos para trabajar.

Los problemas que atraviesa la Subdirección Regional de Patrimonio Cultural no pueden ser conocidos en detalle, debido a la prohibición de hacer declaraciones por disposición de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, señaló el jefe de la entidad en el Austro, Manuel Pichizaca.

Publicidad

El funcionario, que tiene tres meses en funciones, señaló que presentó una propuesta de actividades que no ha sido atendida.

Agregó que el único arqueólogo que trabajaba en la entidad, Antonio Carrillo, renunció el pasado mes de julio, por lo que permaneció cerrada el área de Arqueología, hasta el pasado lunes en que se contrató al nuevo profesional, Gerardo Castro.

También se pidió la colaboración de un chofer para conducir el vehículo de la entidad patrimonial, pues se debe trasladar constantemente a los sitios donde se presentan denuncias de destrucción de lugares considerados patrimonio.

Publicidad

Pichizaca indicó que se contrató el pasado lunes una catalogadora de inventarios, Martha Gabelo, “pero se me pidió que no firme contratos, no realice autogestión, es decir que no podemos hacer nada”, enfatizó.

El trabajo de la Subdirección de Patrimonio prácticamente se ha enmarcado en una actividad de escritorio.

Publicidad

Desde 1982
El Instituto de Patrimonio en el país fue creado en 1982, con la atribución de investigar, conservar, preservar, restaurar, exhibir y promocionar los bienes de su jurisdicción.

En Cuenca la institución regional funciona en La Casa de las Palomas, inmueble construido a fines de siglo XIX.

La Subdirección Regional del Austro tenía injerencia en Cañar, Loja, Morona Santiago, Zamora Chinchipe y Azuay; pero en septiembre del 2002, de acuerdo con el nuevo reglamento orgánico funcional del Instituto, desaparecieron las subdirecciones regionales y debían estructurarse las provinciales.

Descentralizar
Al respecto, el arqueólogo Carrillo, que trabaja actualmente en las ruinas de Cojitambo (Cañar),sostuvo que la conformación de las entidades provinciales permitiría descentralizar las acciones de la institución.

Publicidad

El profesional adujo que renunció a la Subdirección Regional de Patrimonio, debido al bajo sueldo que percibía.

Agregó que con la creación de entes provinciales se mantendría la asignación presupuestaria por parte del Instituto de Patrimonio Cultural.