Tiene facilidad para cambiar de un gesto de ternura a otro de dureza. Buscaba en su bolso de mano la fotografía que se tomó su hijo, Carlos Alfonso Cortiñas Morales, cuando tenía 24 años y tres antes de que desapareciera, en 1976, en la dictadura del Gral. Rafael Videla, en Argentina.

“Me quiero morir; no hay la foto”, dijo furiosa, Nora de Cortiñas, presidenta de la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora. Pero, luego, encontró la foto: ¡Aquí está, miren! ¡Ese era mi hijo!

“Llevo en mi memoria la imagen de mi hijo y la de las 30 mil personas, mujeres y varones, que luchaban por un mundo mejor, que buscaban justicia”, añadió.

Publicidad

Nora de Cortiñas llegó a Quito invitada por la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos para intervenir como testigo de cargo del Tribunal de la Dignidad que juzga al coronel de Policía  y ex embajador de Ecuador en Argentina, Germánico Molina, acusado de haber ayudado a violar el arresto domiciliario al ex represor, general Guillermo Suárez Mason, en Buenos Aires.

Pregunta: ¿Acusa a  Suárez Mason de la desaparición de su hijo?
Respuesta: Acuso a un sistema genocida. La dictadura militar es terrorismo de Estado.

P: ¿Por qué acusa al coronel Germánico Molina?
R: Avasalló la independencia de un país, tuvo falta de ética, violó la decisión de la justicia argentina que apresó a uno de los mayores genocidas del país.

Publicidad

P: ¿Y no se puede creer que fue una actitud ingenua?
R: ¡Qué ingenuo! Fue una acción inmoral; fue una afrenta al pueblo argentino, con la soberbia de un uniformado.

P: ¿Qué sintió cuando se enteró que Suárez había violado el arresto domiciliario?
R: Una gran indignación; creemos que un embajador debe ser prudente y debe respetar la independencia del país donde se encuentra. Lo que hicieron el genocida (Suárez) y Molina fue burlarse de la justicia y del pueblo.

Publicidad

P: ¿Cómo se recibió la noticia de ese acto en Argentina? R: Causó asombro, revuelo. Los argentinos nos llamábamos por teléfono unos con otros y decíamos: ¡Cómo va a ser posible que hayan hecho algo así!

P: Usted rechaza a los militares, ¿por qué?
R: Han cometido genocidios en todos los países donde quieren imponer el sistema económico neoliberal.

Aparentan tener solidaridad con el pueblo, como el coronel Lucio Gutiérrez, pero  cuando llegan al Gobierno terminan entregando a su pueblo a una  situación de miseria.

P: Pero el coronel Molina es un policía. ¿Por qué lo rechaza?
R: Porque el uniforme es el mismo. Y ese uniforme me trae toda esa sensación de crueldad que hemos vivido en Argentina. Por eso, los militares no pueden ser embajadores, para eso hay funcionarios de carrera diplomática.

Publicidad

P: ¿Qué va a decir de Suárez Mason?
R: Voy a entregar el prontuario de un genocida, porque lo que Suárez tiene no es un currículo. Aunque no es nuevo esto, porque acá en el Ecuador los militares saben todo lo que hicieron los militares argentinos, bolivianos, paraguayos...