Los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron este viernes fortalecer la seguridad en su frontera compartida y repatriar directamente a sus lugares de origen a los inmigrantes ilegales que sean atrapados en su intento de cruzar clandestinamente al país del norte.
 
"Necesitamos reforzar la repatriación segura y ordenada de migrantes a sus lugares de origen", dijo el secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, Tom Ridge, en una conferencia de prensa.
 
Ambos países firmaron dos acuerdos de cooperación fronteriza para reforzar las medidas aplicadas desde los atentados del 11 de septiembre del 2001, aunque ahora los inmigrantes ilegales serían llevados en aviones o autobuses hasta sus lugares de origen para dificultarles un nuevo intento de cruce.
 
Los detalles sobre los medios de transporte que se utilizarán para la repatriación de los inmigrantes, el financiamiento y el número de personas deportadas serán analizados posteriormente por un grupo técnico encargado de poner en marcha los acuerdos.
 
México y Estados Unidos comparten unos 3.200 kilómetros de frontera por la que anualmente miles de latinoamericanos buscan emigrar en busca de mejores condiciones de vida, muchas veces con apoyo de traficantes de personas, conocidos como "polleros".
 
Para Estados Unidos, el ingreso ilegal de extranjeros es considerado una potencial amenaza "terrorista", aunque hasta ahora no existen informes de que algún criminal vinculado a esa amenaza haya entrado por la frontera mexicana, según Ridge.   
 
Prioridades
Ridge detalló que para Estados Unidos es importante que los inmigrantes ilegales sean repatriados hasta sus ciudades de origen y no simplemente devueltos al otro lado de la valla fronteriza para desincentivar sus deseos de emigrar.
 
"La principal prioridad del presidente (de Estados Unidos, George W.) Bush es la protección de nuestros ciudadanos. La amenaza terrorista que enfrentamos es real", dijo Ridge.
 
En tanto, para México el interés en estos acuerdos es el de conseguir para sus ciudadanos un trato respetuoso de los derechos humanos y, a largo plazo, conseguir un pacto migratorio que permita regularizar la situación de casi cinco millones de mexicanos que viven ilegalmente en Estados Unidos.
 
Para México es importante que Estados Unidos permita que los inmigrantes conserven sus empleos por las remesas que envían anualmente a sus familias, que llegaron a 13.266 millones de dólares en el 2003 y que se convirtieron en la segunda fuente de ingresos del país, detrás del petróleo.
 
"Que el tema prioritario para el gobierno mexicano sea migración y que el tema prioritario para el gobierno norteamericano sea seguridad, eso nos permite ir acercando posturas", dijo el secretario de Gobernación (Interior) de México, Santiago Creel, en la conferencia de prensa.
 
México estuvo cerca de alcanzar un acuerdo migratorio con Estados Unidos, pero las conversaciones quedaron virtualmente congeladas después de los atentados del 11 de septiembre.
 
Sin embargo, en enero Bush retomó el tema -en un evento sorpresivo para el gobierno mexicano- cuando anunció una propuesta de empleo temporal a los inmigrantes ilegales que les permitiría legalizar su estancia, en una oferta vista en el marco de la campaña electoral del presidente estadounidense.
 
El presidente mexicano Vicente Fox, quien se reunió con Ridge por la mañana, se reunirá con Bush en su rancho de Texas el 5 y 6 de marzo, invitación que surgió tras su último encuentro en enero durante la Cumbre Extraordinaria de las Américas en Monterrey.