Un gobierno provincial haría lo posible para desterrar la delincuencia, se dictarían leyes más severas contra los infractores de cualquier campo delictivo; y a través de nuestros buenos amigos internacionales, podríamos solicitar ayuda económica y técnica para proyectar un moderno centro de reclusión, con todas las seguridades que amerite.

Se podría, además, crear un ente regulador con gente notable por sus actos decentes y, en especial, por su amor y justicia hacia su pujante provincia del Guayas.

Eco. Enrique Armijos A.
Guayaquil
    

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