Eso es peligroso para los conductores de vehículos, debido al riesgo que corren, ante la escasa visibilidad del lugar, de sufrir una colisión contra esos tubos que son de considerable dimensión.

Y si alguien se atreve a llamarles la atención a esos mozalbetes, le caerá toda la pandilla y correrá el peligro de ser agredido, como me sucedió a mí; incluso se puede ver entre esos individuos a unos bajo efectos de quién sabe qué sustancias.

Tal escenario se puede observar a partir de la subida del mencionado cerro, por la calle Baquerizo Moreno, hasta antes de llegar a un canal de televisión, específicamente los días sábados y domingos por las tardes.

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Ya que no existe un aviso que advierta el peligro de encontrarse con los peloteros en ese lugar, al momento de subir el cerro, el turista que visite esta zona regenerada se llevará esa mala sorpresa.

Sería importante que alguna autoridad, ya sea el Municipio, la Policía o mejor aún, ambos, coordinen operativos de vigilancia para impedir que los peloteros cierren las calles y causen daños a la propiedad pública y privada. Ojalá la regeneración sea completa.

Pablo Sánchez López
Guayaquil

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