Da la impresión que esos barrios están desamparados y no existe allí atención de salud del ministerio respectivo. Pero ¿es esa la realidad?

Si miramos la distribución de esos servicios públicos, notamos que en el sur hay tres grandes áreas que empiezan en Epiclachima, con un centro de salud en el barrio El Carmen, y siete subcentros con personal; en Guamaní, un centro que tiene especialistas en ciertas áreas, y nueve subcentros urbanos; en Chillogallo, un centro en esa parroquia, y diez subcentros urbanos.

O sea, en total, tres centros de salud, y veintiséis centros urbanos que se supone, cubren esos barrios.

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Si es así, ¿por qué los pobladores piden a la doctora Bohórquez un hospital? Lo que ocurre es que todos estos servicios funcionan cuatro horas al día para atender a ciertos grupos de población en riesgo, como mujeres, embarazadas y niños menores de cinco años, pero no tienen internamiento para casos graves, ni cuentan con salas de primeros auxilios y cirugías. Cuando se registran casos de emergencia, se los traslada a los hospitales del sur o al Eugenio Espejo.

¿Qué debe hacerse entonces para no construir otro gran hospital, aumentando el presupuesto de salud solamente en el rubro de la medicina curativa?

La presidenta del Innfa debe pedir a la Dirección Provincial de Salud de Pichincha que reestructure los servicios de salud en dichas áreas para que haya atención las veinticuatro horas del día, con internamiento en los tres centros, convirtiéndolos a estos en centros de salud-hospitales, para que atiendan todas las patologías que ahí se presenten.

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El centro de Guamaní tiene ya una maternidad donde se ofrece a las pacientes una permanencia de tres días. También se debería solicitar de la administración de la zona sur del Municipio, que inicie programas comunitarios para dotar a todos los barrios de los servicios de agua potable, alcantarillado, recolección de basura, control de alimentos.

Lcdo. Héctor Olmedo Boada
Quito
 

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