El presidente haitiano Jean Bertrand Aristide  aseguró que está dispuesto a poner en marcha un proceso electoral y permitir la  eventual participación de fuerzas "pacificadoras" en el país una vez se alcance  un acuerdo con la oposición, en declaraciones publicadas este jueves por el diario mexicano Reforma.
 
"Mi preocupación no es mi vida aislada de la vida de ocho millones de  habitantes", declaró Aristide, jaqueado por grupos rebeldes armados que  controlan localidades del norte y centro de Haití y que se oponen a su  permanencia en el poder.
 
"Hay 153.000 haitianos que son rehenes de los terroristas en la ciudad de  Gonaives (norte); temo por sus vidas y trato de hacer todo lo posible para que  haya ayuda humanitaria, presencia de la Cruz Roja y de organizaciones  internacionales en el norte. Esa es mi preocupación mayor", dijo Aristide  contactado por el diario mexicano en Puerto Príncipe.
 
A cambio de la paz, el presidente haitiano dijo que su gobierno a dicho "sí  a las propuestas del Caricom (comunidad de países del Caribe), que incluye,  entre otros, un gobierno donde miembros de la oposición, de la sociedad civil y  (el partido gobernante) Lavalas podamos compartir la responsabilidad de  gobernar la paz".
 
También "debe hacerse un consejo electoral (...) ya hay siete miembros del  consejo, falta que la oposición envíe a los otros dos para poner en marcha el  proceso electoral", agregó.
 
Una vez lograda la paz, Aristide dijo que estaría de acuerdo en que fuerzas  internacionales "pacificadoras" de Estados Unidos o Francia bajo la bandera de  la Organización de Estados Americanos (OEA) o de las Naciones Unidas, se hagan  presentes en el país tal como sucedió en 1990 y 1994, recordó.
 
La violencia ha dejado más de 55 muertos en Haití desde que un grupo armado  tomó el 5 de febrero el control de Gonaives, la cuarta ciudad del país,  reclamando la renuncia de Aristide, acusado de mala administración del país más  pobre del continente americano.
 
Francia sugirió que la comunidad internacional debería estudiar el envío de  una fuerza de paz a Haití, pero esta propuesta encontró poco eco en Estados  Unidos, que reiteró que una eventual "asistencia internacional en materia de  seguridad" en Haití dependerá de un acuerdo entre el gobierno y la oposición  para restablecer la calma.