Luego de dos horas de negociaciones entre los reos de pabellón F del ex penal García Moreno, de Quito, y miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), cerca de 22 reclusos se entregaron a las autoridades del penal, donde horas antes habían realizado un amotinamiento, que dejó como saldo un muerto y tres heridos.

Cerca de las 09h00, efectivos del GIR tuvieron que ingresar al pabellón F, donde cinco de los 22 internos de esa área, con revólveres en mano, se habían amotinado para denunciar que ya no pueden soportar la crítica situación a la que ha conducido la corrupción que existe dentro de las celdas.

Con gritos de desesperación, los reclusos del pabellón F del ex penal García Moreno indicaron que ellos se enfrentaron a bala con las mafias de internos que operan en la cárcel de Quito y además  amenazaron con hacer explotar los tanques de gas que se encuentran en los bares de los pabellones.

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Un reporte de TC Televisión, desde las afueras de ex penal, recogió la versión en voces de los reclusos salían por una rendija indicando que "hay cuatro muertos y siete heridos, pedimos un celular para comunicarnos con nuestras familias y abogados; además queremos que venga el director de la cárcel para que atienda nuestros pedidos".

Aproximadamente a las 11h00, el padre Walter Crespo, interno del penal, y el director del centro de Rehabilitación, Fernando Cassis, ingresaron al pabellón con chalecos antibalas para negociar con los reos, que solicitan que se los traslade a las cárceles de Machala, Guayaquil o Cuenca, porque hay mucha corrupción en la cárcel de Quito.

Una vez que se normalizó la situación, ya en las afueras de sus celdas, los 22 reclusos que protagonizaron la gresca fueron ubicados por los miembros de la Policía arrodillados y con las manos en la nuca, en los patios de la cárcel. Un reo colombiano, que no quiso identificarse, indicó que dentro la cárcel "la misma directora me ha pedido entre 500 y 700 dólares para mi traslado".

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El cuerpo del occiso fue sacado cubierto del pabellón, sin que aún se sepan las causas de su muerte ni su identidad. Los presos heridos fueron trasladados a un hospital público, donde se recuperan de heridas de bala y de cuchillo, según los médicos. 
 
El amotinamiento se produjo un día después de que los presos permitieron la salida de unas 300 personas, la mayor parte de ellos familiares, al deponer una medida de hecho que comenzó el lunes en demanda de mejoras judiciales y sanitarias.