El colegial quiteño David Erazo le ganó ayer una batalla al escritor José Saramago detrás del telón en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

David obtuvo el autógrafo del Nobel a pesar de que, minutos antes, en su encuentro con los lectores en ese escenario, había manifestado que sus firmas no tienen una utilidad real. “No debería hacer esto, pero tú eres impertinente y la impertinencia ganó hoy”, dijo el autor.

Saramago manifestó sus impresiones con respecto a la juventud cuando los estudiantes le preguntaron sobre la actitud de los jóvenes frente a las injusticias de los gobernantes.

Publicidad

“El 80% de las personas que se reúnen conmigo son adolescentes. Algunos con rostros serios, pelos pintados, cabezas rapadas. Son asustadores, a veces”, comentó Saramago y arrancó risas al auditorio, conformado, efectivamente, por estudiantes de colegios y universidades que coparon el teatro.

Allí, el Nobel de Literatura habló por cerca de hora y media y dio respuestas largas. Confesó su dificultad para dar opiniones cortas. Abordó temas tan variados como la democracia, la educación, los pueblos indígenas y los vicios del poder. Además, se refirió al amor, al divorcio, a la condición humana y a su edad. “Yo me encuentro en la cuarta edad. A una persona de más de ochenta años es ridículo ubicarla en la tercera”, sentenció. El escritor tiene 82 años.

El escritor sacó a relucir su sentido del humor, y también, con una claridad similar a su estilo literario, reflexionó sobre los asuntos que le preocupan. “La democracia, tal como la conocemos, no es el único sistema posible.

Publicidad

Debemos darle su contenido. Somos ciudadanos, tenemos derechos”, manifestó.

A los jóvenes, les aseguró que no son responsables por el estado del mundo en que están viviendo y dijo que el colegio y la universidad solo les pueden dar instrucción, no educación.

Publicidad

“La familia es la educadora. ¿Pero, cuál es el estado de la familia ahora?”. Se manifestó ateo por convicción, pero piensa que escribió la novela El Evangelio según Jesucristo porque Dios lo quiso.

Contó que la obra fue producto de una ilusión óptica. Al leer de pasada un periódico en una calle de Sevilla, en España, creyó ver la frase ‘el evangelio según Jesucristo’.

“Fue como si Dios me dijera: bueno, eres ateo, pero no escribes mal. Hazlo”.

"El hambre es la obscenidad máxima, y cada minuto hay personas que mueren de hambre en el mundo".

Publicidad

" Como los gobernantes son quienes administran la justicia, les es muy fácil cometer injusticias".