El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, vestirá el 22 de mayo, en su boda con Letizia Ortiz, el uniforme de etiqueta del Ejército de Tierra, por ser éste el más antiguo de los tres que integran las Fuerzas Armadas de España.
 
El príncipe, de 36 años, comandante de los ejércitos de Tierra y del Aire y capitán de corbeta de la Armada, lucirá en el uniforme el emblema de Infantería, el arma a la que pertenece, llevará colgado el Toisón de Oro, la ancestral orden de la que el rey Juan Carlos es Gran Maestre, y portará, previsiblemente, la banda de la Orden de San Hermenegildo, informó a EFE un portavoz de la Casa del Rey.
 
El uniforme de etiqueta del Ejército de Tierra está destinado únicamente a actos sociales, no castrenses, es de color azul marino, con una guerrera de largo normal y el pantalón va recorrido a lo largo por un galón negro.
 
El heredero de la Corona española llevará en el cuello de la guerrera, que es cerrado, el arcabuz, la espada y el cornetín de órdenes que integran el emblema de la Infantería.
 
Este mismo uniforme es el que vistió el rey en las bodas de sus hijas, las infantas Elena y Cristina, pero luciendo el emblema de la Guardia Real.
 
Felipe de Borbón partirá desde el Palacio Real poco antes de las once de la mañana del 22 de mayo y después de cruzar la Plaza de la Armería acompañado por la reina Sofía, su madrina de boda, se dirigirá a la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena, el mismo recorrido que, algo más tarde, hará la novia, Letizia Ortíz, de 31 años.
 
La fuente de la Casa del Rey no pudo confirmar el lugar en el que Letizia vestirá el traje de boda realizado por el modisto español Manuel Pertegaz, aunque se barajan tres posibilidades: el palacio en donde se encuentra el cercano Centro de Estudios Constitucionales, la también próxima Capitanía General de Madrid, o el propio Palacio Real.
 
Tras la ceremonia religiosa, los ya príncipes de Asturias se dirigirán a depositar el ramo de novia de Letizia ante la imagen de Nuestra Señora de Atocha, una virgen a la que la Corona española ha dedicado su devoción desde Alfonso VI, en el siglo XI.
 
Para ese recorrido entre ambos templos emplearán previsiblemente un automóvil Rolls Royce descapotable reservado para el protocolo del Estado que ya utilizó en Barcelona la infanta Cristina en su enlace con Iñaki Urdangarín, ya que una carroza haría muy lento el paseo.
 
El itinerario definitivo de la pareja, escoltada por lanceros y coraceros a caballo y motoristas de la Guardia Real, no se decidirá hasta el último momento entre varios recorridos alternativos, aunque se desea evitar calles estrechas y seguir prácticamente el mismo trayecto para la ida y para la vuelta, incluyendo posiblemente lugares como las plazas de España, de la Cibeles y la de Atocha.
 
Mientras los novios realizan este recorrido y presentan su ofrenda ante la virgen, los invitados a la boda caminarán desde la Catedral hasta el Palacio Real, donde serán recibidos por sus anfitriones cruzando el Patio de la Armería y en donde estará formada una compañía de honores de la Guardia Real en uniforme de gala.
 
Los invitados serán recibidos por sus anfitriones, los reyes y los padres de Letizia, que les acompañarán en un aperitivo que se servirá en varios de los salones principales del primer piso del Palacio Real, como los de Columnas, o el del Trono.
 
Tras el regreso del nuevo matrimonio y cumplir con las obligadas fotografías de familia y protocolarias, los contrayentes presidirán el banquete que sentará a los invitados alrededor de las mesas dispuestas en el amplio Patio del Príncipe y en las galerías que dan a él en el primer piso, que estará cubierto para la ocasión por un gran toldo situado en la zona superior.
 
La Casa del Rey ha comenzado a enviar las invitaciones, que, básicamente, seguirán unas normas de selección semejantes a las de las bodas de las infantas.
 
A los invitados de unas cuarenta Casas Reales, autoridades e instituciones del Estado y representantes de la sociedad civil, se añadirán en esta ocasión los jefes de Estado de los países visitados oficialmente por el príncipe, hasta completar una lista que se desea no supere las 1.400 personas.
 
Parte de estos invitados, especialmente los miembros de familias reales emparentadas con la familia real española y los mas allegados, asistirán también en la noche del día 21 a una cena que se celebrará, previsiblemente, en el Palacio de El Pardo.
 
Una cena de iguales características reunió a los invitados de la infanta Elena y Jaime Marichalar en el Palacio de Villamanrique, de Sevilla, y a los de la infanta Cristina y Iñaki Urdangarín en el Palacete Albéniz, de Barcelona.
 
Felipe de Borbón y Letizia Ortíz reunirán a sus amigos personales en una fiesta más informal que tendrá lugar el día 20 en un lugar que podría ser el propio Palacio de la Zarzuela, o alguno de los Reales Sitios, como el Palacio de Aranjuez, o el de la Granja.