La pestilencia de  aguas putrefactas invadió el ambiente de la Cooperativa El Pajonal ubicada en el bloque 10D de Bastión Popular, al norte de Guayaquil. Allí, el acceso a la casa de Wilson Salazar estaba cubierto en la mañana de ayer de una masa de agua negra que impedía el paso de la gente.

Él, que vive desde hace siete años en el sector, construyó un camino de piedras lisas para facilitar el ingreso. “Mis hijos no pueden  andar en bicicleta  después de la  lluvia  y  nos toca quedarnos adentro de la casa”, expresaba con tristeza porque era uno de las 48 personas que habían planificado un viaje a Playas para disfrutar de la temporada.

No obstante, el bus para el traslado, una unidad de la línea 2-Pascuales, se quedó atascado en una zanja de medio metro de ancho por donde baja  un torrente de agua proveniente de las laderas del cerro.

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Segundo Anchundia, otro morador, también se quejó porque el cabildo no ha emprendido la  pavimentación de las  calles para evitar que se conviertan en  resbaladizas masas de lodo después de cada aguacero. 

“El Municipio destruye avenidas  en el centro  que están en buen estado para reconstruirlas y no viene  acá donde necesitamos obras”, manifestó mientras señalaba  una laguna de agua ubicada en medio de las casas y cuya superficie está cubierta de  una lama verde.   Las fumigaciones para evitar enfermedades infecciosas tampoco llegan a este bloque.