Ni el Municipio de Salinas ni el de La Libertad tienen un plan para evitar que se boten desechos en el lugar. Ello produce infecciones a moradores.  

Vehículos de compañías privadas y oficiales entran diariamente al antiguo botadero ubicado en la zona de delimitación de La Libertad y Salinas para depositar allí sus desechos, a pesar de que ambos cantones poseen sus respectivos lugares para descargarlos.

El pasado domingo 1 de febrero, un equipo de este Diario observó un camión de la Armada del Ecuador, de placas ARE.GP-068, cuando dejaba cartones y otros desperdicios que los militares volvieron a recoger al verse sorprendidos.

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Las familias que habitan por la zona, en los sectores San Raymundo y Jesús del Gran Poder, señalan que allí dejan también sus desechos compañías constructoras del sector y carros de los municipios.

Según las autoridades del Ministerio del Ambiente, el uso frecuente de este botadero fomenta la actividad de los denominados chamberos y pone en riesgo la salud de estas familias integradas por niños y adultos que diariamente buscan entre los desechos: cartones, cobre, plástica, botellas de vidrio o ropa que les sirva para quedársela o venderla.

Incluso, la Subsecretaría de Salud del Litoral, con sede en Guayaquil,  señala que  le preocupa que los infantes, especialmente, contraigan enfermedades al estar en permanente contacto con la basura y sin protecciones debidas. 

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Los municipios de Salinas y de La Libertad, dos de los cuatro de la península de Santa Elena, no han concretado acciones para clausurar este botadero que representa un foco infeccioso en el sector.

Para Fernando Garzón, asesor del Plan Estratégico Participativo de la Municipalidad de Salinas, esto ocurre por costumbre de los habitantes y “porque el antiguo botadero está más cercano a los centros urbanos”.