Una coordinadora de organizaciones populares y sindicales convocó este lunes a una nueva huelga general de dos días en República Dominicana, en marzo, en demanda de la renuncia del presidente Hipólito Mejía y un cambio de la política económica gubernamental.
 
La protesta se realizará el 16 y 17 de marzo, es decir dos meses antes de las elecciones presidenciales previstas para el 16 de mayo, según dijo la llamada Coordinadora de Unidad y Lucha.
 
La coordinadora, que ya ha dirigido dos huelga generales de gran impacto contra la administración de Mejía, denunció que la crisis que afecta a los dominicanos es esencialmente el producto del mal manejo económico del gobierno y su sumisión al Fondo Monetario Internacional (FMI).
 
Una huelga general del 28 y el 29 de enero pasado dejó al menos ocho muertos y un centenar de heridos. Anteriormente, a principios de noviembre, la coordinadora lideró su primera huelga general contra la política económica.
 
La decisión de convocar al paro de marzo fue tomada después de una serie de asambleas de las organizaciones que integran la coordinadora, dijo el portavoz de esta última, Ramón Pérez Figuereo.
 
"Nuestra consigna es que el Presidente Hipólito Mejía se vaya ya", dijo Pérez Figuereo, quien destacó que el pliego de demandas es similar al levantado durante la protesta de enero, en el que se incluyó un aumento general de salario, rebaja del costo de la vida, rechazo a los apagones y al FMI.
 
El presidente Mejía, quien buscará un segundo mandato encabezando la fórmula electoral del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), renovó recientemente un acuerdo con el FMI que le permitirá acceso a recursos frescos por más de 350 millones de dólares, que destinará a estabilizar la tasa de cambio, tratar de conjurar el déficit en la generación eléctrica y a programas sociales.    
 
Críticas de Obispos

 
La principal figura de la Iglesia Católica dominicana, elcardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, renovó el lunes sus criticas contra el gobierno de Mejía, a quien acusó de pagar a periodistas "chupatintas", así como a funcionarios y políticos, para descalificar la posición crítica de los obispos.
 
Los obispos católicos dominicanos han asumido una postura de denuncias y critica al gobierno, responsabilizando de la crisis a "quienes están dirigiendo el país".
 
El cardenal cuestionó los afanes de reelección del presidente Mejía en medio de la crisis económica que vive el país y ha acusado al gobernante de colocar en una situación de "desamparo" a los dominicanos.
 
Vicente Sánchez Baret, presidente de PRD, criticó la actitud de los obispos católicos y del Cardenal frente al gobierno y comparó sus posiciones con el respaldo dado por la iglesia a las llamadas manifestaciones de reafirmación cristiana que en 1963 apoyaron el golpe de Estado contra el entonces Presidente Juan Bosch.