Un cuadro de Caravaggio, valorado en decenas de millones de euros, ha sido descubierto entre la colección de arte de la reina Isabel II de Inglaterra, tras ser considerado durante siglos como una obra anónima de escasa importancia.

La convocatoria de los santos Pedro y Andrés, así se denomina la obra, se colgó durante mucho tiempo en una sala secundaria del palacio de Hampton Court (suroeste de Londres), una popular atracción turística que alberga una parte considerable de la Colección Real.

Pero ni estudiosos ni visitantes habían prestado mucha atención al cuadro hasta que Sir Denis Mahon, uno de los más reputados expertos británicos en grandes maestros del siglo XVII, reconoció el estilo de Caravaggio tras una ligera limpieza de la obra.

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El autor, quien en realidad se llamaba Michelangelo da Merisi (1571-1610), pasó a la historia como uno de los pintores italianos más brillantes de su época, admirado por sus fuertes contrastes de luz y sombra en sus naturalezas muertas y escenas religiosas.