Quedé sorprendido tras leer notas sobre el escándalo que ha causado en Estados Unidos la cantante Janet Jackson, con un show supuestamente erótico en el Superbowl. Me pareció increíble que eso causara tanto revuelo a los habitantes de un país donde la industria pornográfica es la más grande del mundo, y de donde provienen los canales condicionados y el mal uso de internet con los mismos fines. Pero aún más increíble me resultó la “indignación” que le causó eso a Michael Powell, actual titular de la Comisión Federal de Comunicaciones de dicho país, quien además es hijo del secretario de Estado, Colin Powell, gran defensor de la guerra contra Iraq. Michael Powell se agarró la cabeza porque no era un espectáculo para niños y padres frente al televisor. Y uno se pregunta si la masacre que se llevó acabo en Iraq, con la mitad del mundo en contra, ¿fue o no un espectáculo decente y digno de contemplar para padres y niños? . Asombra que el hijo de Colin Powell se indigne ante un simple show (se vio un seno de la Jackson) y no ante un gobierno que ocupa otra nación sin más justificación que una mentira sobre un supuesto armamento nunca hallado. No sé qué tanta conmoción pudo causarles esa escena del seno, cuando el anterior Presidente provocó un escándalo sexual con una becaria de la Casa Blanca, y otro, ya más lejano en el tiempo, tenía amores extramatrimoniales con Marilyn Monroe.
Es absurdo, obsceno, el doble discurso mundial que brinda Estados Unidos.
Daniel Poggi Liberman
Guayaquil