En el arco están dos guardavallas de las divisiones menores de Aucas. Patean uno tras otro, Dennis Ibarra, René Higuita, y Luis Fernando Suárez. En Aucas se trata de orientar a los jóvenes. En el 70% de la plantilla hay jugadores nuevos, según Suárez, el técnico del equipo. La filosofía del estratega es mezclar a los juveniles con los experimentados. De los 11 titulares para el partido de hoy (17h00) contra Emelec en el estadio Capwell, siete son juveniles, escogidos en un proceso que empezó en noviembre de 2003.

Pregunta: ¿Desde cuando pensó hacer este proceso?
Respuesta: Cuando no clasificamos a la liguilla. Había que ser consecuente y trabajar desde noviembre, para escoger los jugadores de la Sub 20 para que pasaran al equipo de primera división.

P: ¿Exigió todo este proceso para continuar en Aucas?
R: Esto fue toda una idea mancomunada con los directivos del club. Con ellos podemos hablar de muchas cosas, y nuestra obligación era buscar propuestas para mejorar. Todos teníamos ideas y eso nos llevó a tomar esta alternativa.

P:
¿Por qué le gustó Aucas si ha dirigido selecciones y equipos grandes en su Colombia natal?
R: Yo me siento bien aquí. no sé, no soy de esas personas que se creen mucho más de lo que son solo por el nombre. Trato de hacer mi trabajo bien, donde sea. Si estoy en un equipo grande hay que ser campeón, si estoy en un equipo que no tiene tanto nombre busco que se gane prestigio.

P:
¿Cree usted que jugar con juveniles es un arma de doble filo?
R:  Todos corremos riesgos, uno siempre toma decisiones. El llamar a futbolistas jóvenes implica riesgos, como si hubiese completado la plantilla con veteranos. El tomar un equipo chico implica no siempre estar bien. No me interesa la edad, tengo un arquero de 38 años y que es un gran jugador (René Higuita). Solo quiero rodearme de jugadores buenos.

P:
¿Qué necesitan los juveniles para tomar confianza?
R: El joven necesita de cierto cariño, necesita un guía, alguien que haya vivido muchas cosas. John Tenorio necesita a Vilson Rosero, Elvis Bone a Gustavo Figueroa, Jairo Campos a Renán Calle. Pero los experimentados necesitan ese ser revolucionario y contestatario de los juveniles.