Varios diputados de la Izquierda Democrática (ID) aseguraron ayer que no creen en el llamado a la calma del presidente Lucio Gutiérrez y coincidieron en que este deberá cambiar de actitud para lograr que baje la tensión política.

Sin embargo, reveló el legislador Guillermo Haro, el partido se reunirá en Quito la noche del martes para analizar la situación junto a su líder, el ex presidente de la República, Rodrigo Borja.

“Es difícil creer en las palabras del Presidente, porque él no tiene un espíritu democrático”, dijo Wilfrido Lucero, quien afirma que Gutiérrez, por “el espíritu pendenciero que le caracteriza, se mete en todas las broncas, le convengan o no”.

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El diputado Carlos González, al igual que Lucero, destacó que “el Presidente se siente con un pie afuera y ahora pide tregua política”. Lo mejor es que se dedique a gobernar, deje de agredir y dé señales concretas, estimó.

Los tres legisladores indicaron que una de las primeras acciones de Gutiérrez debería ser sacar a sus familiares de la función pública y no politizar más a las Fuerzas Armadas.

Ni González ni Haro consideraron que sus denuncias, contra Sociedad Patriótica (SP) y contra los militares, respectivamente, elevaron el tono de la violencia verbal, más bien, en palabras de González, “el que recibió el dinero de los mexicanos es él... y él hizo la cadena nacional para insultarme”.

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Según Ramiro González, prefecto de Pichincha por la ID, Lucio Gutiérrez debe asumir su papel de líder del país y convocar a un diálogo para lograr un mínimo consenso, bajo la premisa de un respeto a las instituciones nacionales, por ejemplo, el Legislativo y la inmunidad parlamentaria.

El prefecto González indicó que en los últimos días mantuvo, a título personal, una serie de contactos con el Congreso y el Gobierno para que baje el tono del discurso político.

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Confirmó que también sostuvo una reunión con algunos militares “porque esta es una guerra en la que nadie ha ganado, el que ha perdido es el país”. Mi idea es que se arreglen las cosas puntuales y seguir adelante, es decir que las FF.AA. sean autocríticas y que respeten la inmunidad parlamentaria; y que el legislador se comprometa a acusar puntualmente a las personas que están involucradas en sus denuncias.