El 13 de octubre de 1972 un avión uruguayo que viajaba a Chile se estrelló en la Cordillera de los Andes. Treinta y tres pasajeros que sobrevivieron –la mayoría jóvenes– se encontraron, de repente, en medio de la nieve, con temperaturas de hasta treinta grados bajo cero durante las noches.

Cuando los alimentos se comenzaban a agotar, se enteraron por una radio que su búsqueda había sido abandonada.

Para seguir viviendo, no tuvieron otra opción que alimentarse con los cuerpos de sus compañeros muertos.

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De ese modo pudieron resistir hasta que dos voluntarios se atrevieron a cruzar las altas montañas y consiguieron ayuda.

El 22 de diciembre, después de 72 días de tormento, dieciséis sobrevivientes fueron rescatados.