Miles de piezas de mármol en el Estadio Olímpico han sido remozadas una por una, parte de un tedioso proceso que ha requerido de una enorme cuota de trabajo y paciencia.
 
Ese ha sido el retrato de la ciudad todos estos últimos años. Ahora, la interrogante es inevitable:  Tanto sacrificio valdrá la pena?
 
Con los Juegos Olímpicos a seis meses de su inauguración, y un costo que alcanza los 5.800 millones de dólares, esa es la pregunta que muchos se hacen insistentemente en Atenas.
 
Las justas podrían ayudar a Atenas a transformar su imagen de ciudad caótica de una vez por todas y convertirse en una verdadera meca para el turismo y centro de negocios mundial. En el peor de los casos, la ciudad podría quedarse con la herencia de una abultada deuda.
 
El legado será el de cosas que harán la vida más fácil para los atenienses, dice Costas Bakouris, quien dirigió el comité organizador hasta que se produjo un cambio en el 2000.   El costo de hacer los juegos representa un legado negativo.
 
Sólo hay que preguntárselo a los responsables en Montreal, que pasó años tras los juegos de 1976 para pagar una deuda de 1.000 millones de dólares.
 
El Comité Olímpico Internacional prefiere mirar las historias con final feliz, como las de Sydney y Barcelona, hoy en día una de las perlas de España gracias a la experiencia olímpica.
 
Si todo sale a pedir de boca, para el inicio de los Juegos Olímpicos el 13 de agosto, Atenas tendrá una nueva ruta de ferrocarril con una vista espectacular del Mar Egeo, un subterráneo y carreteras en los alrededores de la ciudad. Un nuevo aeropuerto internacional fue inaugurado en el 2001.
 
Los Juegos Olímpicos han sido el motor que impulsó a la ciudad a realizar mejoras que de otra forma hubiesen tomado años para completar o simplemente no se harían en un futuro cercano, declaró la alcaldesa de Atenas Dora Bakoyianni.
 
Tras un comienzo vacilante, Atenas, quizás la ciudad olímpica con más problemas en décadas, puso manos a la obra después de recibir un jalón de orejas de parte del COI. Tareas como las mejoras en el transporte y el remozamiento de la ciudad empezaron a avanzar con velocidad.
 
Atenas es una ciudad muy diferente a la que conocí hace dos años, ha dicho el presidente del COI Jacques Rogge.   La infraestructura no ha sido diseñada exclusivamente pensando en los juegos, pero se acopla al desarrollo de la ciudad y ese es un legado maravilloso para Grecia.
 
Pero el ritmo acelerado trajo consigo un precio más elevado. El pago de horas extras y la falta de tiempo para licitaciones más favorables hicieron disparar los gastos.
 
El gobierno insiste que el presupuesto no excederá los 5.800 millones que pautó, pese a que los gastos para la seguridad de los juegos suben como la espuma, sobrepasando los 750 millones.
 
El ministerio de economía, sin hacer muchas olas, ha calculado que la deuda del país, de hecho una de las altas en Europa, podría superar en un 100% el producto interno bruto, lo que significa que Grecia quedaría debiendo más de lo que produce anualmente.
 
Irremediablemente, algún día, los griegos tendrán que pagar, advirtió el economista Plato Monokroussos.
 
Entonces,  quién saldrá ganando? Ellos serían los más acaudalados de Grecia.
 
El magnate de las telecomunicaciones Socrates Kokkalis aceptó encargarse de la renovación de un estadio de fútbol en Pireo, pero como premio se quedó con un alquiler gratis por 49 años para su club, el Olympiakos.
 
En diciembre, el parlamento apuró la aprobación de nuevas leyes para permitir al conglomerado Latsis, con activos en la banca, bienes raíces y puertos, la construcción de la villa que alojará a los periodistas que cubrirán los juegos.
 
Cuando se apague el fuego olímpico, Latsis planea la construcción de un centro comercial y un parque de diversiones en el sitio.
 
Pero también está lo positivo.
 
Grecia se beneficiará por la   publicidad inmensa que generarán los juegos, dijo Bakouris.
 
El país, en años recientes, encara mucha competencia como destino turístico y la inversión extranjera es casi nula.
 
El ministro de economía Nikos Christodoulakis ha pronosticado que la tasa de crecimiento del país, cuyo 4% es la mayor dentro de la Unión Europea, se mantendrá   tras recibir enormes beneficios por el mercadeo de los juegos.
 
Gianna Angelopoulos Daskalaki, la presidenta del comité organizador, dice que los juegos le demostrarán al mundo que Atenas es   una ciudad muy moderna.
 
Toda esta infraestructura, las inversiones en tecnología, telecomunicaciones, instalaciones deportivas, no es sólo para los 17 días de la olimpiada, indicó Angelopoulos Daskalaki.   Quizás sea caro, pero nada será malgastado.
 
Pero no todos ven un panorama con tan bonitos colores.
 
Los hoteleros, para poner un ejemplo, se están quejando que la esperada bonanza por las reservas de habitaciones todavía no se ha materializado.
 
Y Bakouris considera las sedes olímpicas como un   gran enigma.
 
Qué se pueden hacer con instalaciones deportivas de mucho lujo, que son carísimas y enormes?, se preguntó.
 
La promesa de inversión extranjera podría no cumplirse debido a cuestiones culturales. Tradicionalmente, la sociedad griega ha visto con recelo al sector privado.
 
Una encuesta publicada en diarios griegos el 3 de febrero mostró que las grandes compañías quedaron penúltimas en una lista de las 15 instituciones que generan más confianza por parte de la población. Sólo los partidos políticos quedaron detrás.  La más respetada? las fuerzas armadas.
 
Vivimos quizás en el único país en el mundo occidental donde la empresa privada es casi sinónimo de fraude, escribió el columnista Yanni Pretenderi en el diario To Vima.
 
Los críticos también objetan a las fuertes medidas de seguridad, que incluyen restricciones en las manifestaciones y la colocación de miles de cámaras de vídeo.
 
Se van a coartar los derechos y libertades de los griegos. Eso será un mal legado, declaró Panos Totsikas, activista contra los juegos.
 
Aún así, no todos los griegos se muestran preocupados sobre lo que vendrá después que acaben los juegos.
 
Me siento muy orgullosa que los juegos sean en Grecia porque esta es su cuna, dijo Elena Marouli, una empleada bancaria.   Regresan a la Grecia moderna y creo que cualquier deuda generada por su preparación es superada por la importancia misma.