Cuando entramos al mes de febrero muchas personas exclaman con alegría que se acerca la fiesta de la amistad y del amor. Otras personas se preguntan: ¿por qué el 14 de febrero es la fiesta del amor? Y nadie generalmente conoce el motivo. Y si otros asocian este día con San Valentín tampoco saben la razón. Estas líneas se dirigen a dar una explicación.

La fiesta de San Valentín está en todas partes. Todos dicen que es la fiesta del amor ¿Por qué la fiesta de San Valentín apareció entre nosotros? San Valentín fue un sacerdote que siguió a Cristo y dio su vida por Cristo. Sin duda, tenía su predicación en el Sermón de la montaña, donde Jesús habló del amor al prójimo. Los mandamientos son valores que todos debemos observar y que a los casados les ayuda a ser fieles al matrimonio que contrajeron.

El Señor Jesús perfeccionó la ley antigua, tanto que si alguien ofende con un mal deseo a una mujer con ánimo de poseerla, ya adulteró en su corazón. Otro valor que aparece en el Evangelio es la fidelidad al matrimonio, por eso quien se une a una mujer casada, o siendo casado se une a una mujer, no hace bien, comete adulterio. Otro valor: no jurar en falso cuando, como parte litigante o como testigo en un juicio, la persona tiene obligación de declarar la verdad. He aquí los cuatro valores: la vida, la fidelidad en el matrimonio, la reconciliación fraterna y la verdad (sí, sí, o no, no). Estas cuatro verdades son cuatro valores muy importantes.

Hay diferencia entre la sabiduría de Dios y la sabiduría del hombre. San Valentín predicaba estos valores con mucha valentía y sin miedo alguno. Por eso, el emperador Claudio II trató de convencer a San Valentín, pero no pudo atraerlo a la religión politeísta del Emperador. Lo mismo pasa hoy.

Claudio lo entregó y lo destinó a ser condenado a muerte; lo envió al juez Asterio para que lo convenciese. Pero Valentín le hablaba de Cristo mediante una excelente catequesis; y como Asterio tenía un hijo enfermo, le dijo al santo: “¿Tú dices que Cristo puede curar a mi hijo?”. San Valentín le respondió: “Si tú crees y tienes fe, lo sanará”.

Asterio trajo a la niña, que era ciega, y vio, y confesó con alegría que estaba viendo. Por este hecho milagroso, Asterio y toda la familia se convirtieron; eran cuarenta y dos familiares. Ellos descubrieron la sabiduría divina; siguieron a Cristo y prefirieron arriesgarse siguiendo la suerte de Valentín, pues el Emperador condenó a Valentín, a Asterio y los 42 miembros de su familia. Esto sucedió el año 270.

Fueron decapitados en una calle de Roma. Se dice que los novios pasaban por el sitio del martirio de San Valentín, y se juraban amor eterno, prometiéndose que durarían hasta la muerte.

Que este día de San Valentín sea la fiesta del amor verdadero en Cristo, para que nos haga actuar como San Valentín que amó a su Salvador hasta la muerte, derramando su sangre por Él. Que San Valentín sirva para que los esposos y los novios ratifiquen el amor conyugal que un día se prometieron solemnemente, y para que los amigos sean leales y nunca pongan el objetivo de la amistad en cosas materiales, sino que imiten a Jesús que probó ser amigo entregando su vida por la salvación de todos. Así fue exaltada la amistad en la cumbre sublime de la cruz.